"Hay muchos elementos que apuntan que la transición energética puede ser quizá frenada en el corto plazo (por la pandemia del Covid-19), pero en el medio y largo plazo va a seguir", gracias en parte a regulaciones ambientales estrictas, ha asegurado el investigador del Real Instituto Elcano y profesor de la UNED, Gonzalo Escribano.
Escribano ha explicado en una entrevista con EFE que la caída de la producción y los precios del petróleo no necesariamente conllevan una aceleración en la lucha contra el cambio climático y ni acercarnos a la transición energética porque no supone "una relación unívoca".
"Hay elementos que van a favor y en contra", sostiene el experto y explica que mucha gente puede plantearse que ante la bajada de los precios de los combustibles fósiles, no hay urgencia por cambiar a vehículos menos contaminantes -eléctricos o híbridos- u optar por la instalación de energías renovables en los hogares.
Pero esos son "argumentos a corto plazo", señala, porque "existen regulaciones ambientales muy estrictas", que, por ejemplo, en España no permitirán la entrada de vehículos diésel en el centro de Madrid o las que impedirán que a partir de 2040 se puede adquirir un vehículo de esas características.
Es decir, "independientemente de los precios relativos entre los combustibles fósiles y las renovables, hay unas regulaciones marcadas por los estados" con unos plazos para su cumplimiento.
"No solo es el vector del precio, que sin duda puede retrasarlo, sino también de las políticas y la regulación", según el director del Programa Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano.
Las renovables estaban en "caída libre desde hace muchos años, y ahora las subastas de esta energía en América Latina y España las están ganando la eólica y solar para la construcción de plantas porque son más baratas".
"Puede caer mucho el petróleo y el gas, pero las renovables no corren peligro por los precios", dice, porque "solo se necesita mantenimiento". Mientras que con el petróleo "no se sabe cuál va a ser el precio en unos meses o años" y conlleva "muchos más riesgos".
Así, por una parte, "hay quienes plantean que en este momento se necesitan estímulos económicos para salir de la crisis para acelerar la transición energética" y, por otra, quienes sostiene que con el Pacto Verde Europeo puede "fomentar la transición energética y la lucha contra el cambio climático".
Escribano asegura que "el tema es complejo", y piensa que volverán a subir los niveles de contaminación con la vuelta a la actividad y la reactivación económica.
Sin embargo, se muestra esperanzado porque "hay vectores que actúan en un sentido y en otro en esta crisis" y explica que el teletrabajo, las teleconferencias podrían "reducir los viajes".
A corto y medio plazo "se pueden mantener y persistir unos ciertos cambios en las formas de vida", dependiendo también de cómo evolucione la crisis sanitaria, puede que la gente opte por el teletrabajo y las empresas se den cuenta que los trabajadores no tienen que estar presencialmente todos los días.
Gracias a estos cambios y a la puesta en marcha de "políticas públicas para evitar que volvamos a una normalidad periniciosa, se limitaría mucho las emisiones".
En España va a costar, porque desgraciadamente hay "una politización muy fuerte de todo", y aunque la energía, el cambio climático y la transición energético no es una injerencia, "es más político que real".
En España "no hay negacionismo del cambio climático y la gente, tanto de izquierda como de derecha, está de acuerdo en que hay que adoptar medida al respecto, porque es un tema transversal".
Sin embargo, la clase política "politiza el cambio climático o la transición energética" para entrar en el debate.
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