Ha estallado el polvorín en la fábrica de palas de Vestas en Daimiel (Ciudad Real). Aún no se sabe si mantendrá abiertas sus puertas para continuar con la producción o reducirá su actividad a un mantenimiento de servicios mínimos. Y todo porque el nocturno RD-Ley 10/2020, de 29 de marzo del domingo pasado con las nuevas limitaciones del estado de alarma provocó incertidumbres hasta el último minuto.
Para muchos industriales no han quedado lo suficientemente claras las actividades que tienen que cerrarse y cuáles se consideran servicios esenciales. De hecho hay quien dice que deja lugar a la interpretación.
Eso es lo que le ha ocurrido a la multinacional danesa Vestas. Durante todo el día de ayer, la dirección de la compañía y el comité de empresa estuvieron reunidos porque no se ponían de acuerdo en las medidas que tenían que adoptar.
Según fuentes del fabricante de aerogeneradores, "se hizo una consulta al Ministerio de Industria porque no quedaba claro qué actividades en el sector eólico estaban incluidas como servicios esenciales. Después de recibir respuesta, se consideró crítico parte del suministro actual de parques en funcionamiento, por lo que se va a mantener activo el SWR, que es lo que se conoce como Segmentos, ya que forma parte de lo que se considera hoy como servicios esenciales de energía".
Lo confirma un comunicado enviado por email a los trabajadores de la planta, y al que ha tenido acceso este diario. Tras la consulta les informó de que "hemos entendido estar incluidos en la lista de 'excepciones' del sector de la Energía", dice, "por ello solicitamos a los trabajadores de esa sección que vengan a la fábrica entendiendo que además es un área donde la interacción entre los empleados es mínima y se garantiza la seguridad de los mismos frente al riesgo del COVID19".
Además han ofrecido "intentar montar un grupo voluntario de operarios como servicio mínimo para atender las actividades críticas localizadas en el área de Segmentos y con un colectivo muy reducido de empleados que estimamos rondará aproximadamente un 8% de la plantilla".
Sin embargo, para los sindicatos la realidad es muy distinta. Según un comunicado conjunto de CCOO y UGT, "durante todo el día Vestas estuvo presionando al comité de empresa de Daimiel para que aceptasen la apertura de la planta, contraviniendo la ley en España. Las presiones por la dirección danesa y española han sido enormes, amenazas, coacciones… finalmente ante la **resistencia del comité **a incumplir la ley, y a dejar a sus compañeros y compañeras a los pies de los caballos, la dirección modificó levemente su estrategia intentando arrancar un acuerdo para sostener la actividad con personal voluntario".
Para los representantes de los trabajadores, "la paralización está más allá de sus capacidades, que por más que la dirección pretenda retorcer la ley, y más cuando es para la protección de la salud de una plantilla, que a día de hoy, registra 131 personas en cuarentena y 2 personas directamente positivas en COVID-19 (los que fueron analizados)".
Por todo ello, en el comunicado advierten "****a las trabajadoras y trabajadores de que si atienden a solicitudes manifiestamente ilegales, asumirán posibles sanciones, procederemos a solicitar la presencia de las fuerzas del orden para vigilar el cumplimiento de la ley, y advertimos al gerente de la planta y al responsable de salud laboral, que cejen en su ilegal empeño o bien desvíen la responsabilidad de esta ilegalidad al CEO mundial de Vestas".
El nivel del tono ha llegado a subir tanto que Agustín Martín, secretario general de CCOO de Industria, ha advertido por Twitter: "@Vestas #daimiel De dónde habéis sacado que es esencial seguir produciendo estas dos semanas?".
Francusco Javiet
31/03/2020