La European Photovoltaic Solar Energy Conference (EU PVSEC), el mayor congreso de energía solar fotovoltaica del continente europeo, acaba de premiar en Bilbao el trabajo del joven investigador navarro Asier Murillo Marrero, que desarrolla su doctorado industrial entre la UPNA (Universidad Pública de Navarra) y CENER (Centro Nacional de Energías Renovables). En una entrevista con ElPeriódico de la Energía, analizamos su innovación tecnológica centrada en eliminar el encapsulante de los módulos fotovoltaicos a través de la nanotecnología, abriendo una nueva vía hacia la fotovoltaica sostenible.
Murillo es navarro, aunque estudió Química en San Sebastián en la Universidad del País Vasco (UPV). Volvió a su tierra para embarcarse en un proyecto de investigación amplio en CENER, donde ahora realiza su doctorado. “El objetivo principal es desarrollar módulos fotovoltaicos más reciclables, pero sin comprometer ni la eficiencia ni la durabilidad”, explica.
El reto, dice, está en eliminar el encapsulante, esa capa polimérica que protege las células solares fotovoltaicas de impactos ambientales a la vez que proporciona un buen acoplo óptico, pero que impide recuperarlas al final de su vida útil. “Ese material se adhiere muy bien a los distintos componentes y al intentar separarlo se destruye la célula, donde están los materiales más valiosos”.
Este proyecto se basa en desarrollos industriales anteriores incidiendo en resolver retos que se identificaron previamente. “Nosotros vimos que podíamos mejorar aquel enfoque. Hoy, con las exigencias europeas sobre reciclabilidad y la posibilidad de aplicar nanotecnología, el momento sí es el adecuado”.
Nanoestructuras
La clave de su propuesta está en tratar tanto el vidrio como la célula con nanoestructuras. Los resultados, presentados en el congreso, muestran mejoras en la reflectancia y una eficiencia comparable, aunque el investigador recuerda que los datos aún son preliminares y parte del estudio sigue en marcha. La innovación tiene un potencial ambiental y económico notable.
Según explica Murillo, "hoy en día se recicla como mínimo el 80% del peso de un módulo fotovoltaico. Sin embargo, este porcentaje comprende fundamentalmente las cajas de conexiones, el marco de aluminio y el vidrio”. El resultado se traduce en una pérdida de la valorización de materiales críticos o estratégicos.
“Si logramos separar los componentes con pureza, podríamos recuperar materiales como el silicio, el cobre y la plata, que representan apenas un 4% del peso del panel, pero gran parte de su valor económico”. Además, su diseño eliminaría el proceso de laminado, de los más largos y energéticamente costosos en la fabricación.
Asier recoge el premio en la EU PVSEC celebrada en Bilbao.
Trabajo en equipo
El trabajo se desarrolla en CENER, una institución de referencia en el desarrollo y transferencia de tecnología en el sector de las energías renovables. “Ha sido un trabajo en equipo en el que he contado con el apoyo del personal e infraestructuras para el desarrollo de este proyecto, lo que me ha permitido conocer de primera mano la realidad práctica del sector y la aplicabilidad de los resultados en el sector industrial. Además, esta experiencia me ha brindado acceso a una red profesional muy valiosa, fundamental para orientar la futura línea de aplicación de mi trabajo,” apunta Murillo.
En la conversación, Murillo reflexiona sobre un cambio de mentalidad que, a su juicio, el sector fotovoltaico necesita con urgencia: “Hasta ahora, los módulos se diseñaban para durar más de 25 años y ser eficientes, pero no se pensaba en qué pasaría después”. Reclama más apoyo económico para investigar en proyectos centrados en la circularidad y recuerda que “la escasez de materiales como la plata o el indio ya está siendo señalada por organismos internacionales: en 2024 la demanda de plata superó la producción mundial de la oferta”.
De cara al futuro, él, junto al equipo con el que trabaja en CENER, buscan mejorar aún más la metodología de nanoestructuración. “Hemos reducido la reflectancia, pero queremos potenciar que esa mejora se traduzca asimismo en mayor generación eléctrica”, admite.
“Es un proceso de alto impacto, una oportunidad de seguir avanzando. Lo importante es que la energía solar del futuro no solo sea limpia mientras funciona, sino también que cuando llega el momento final de su vida útil sus componentes puedan ser reciclados”.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios