Una de las muchas consecuencias de la reforma energética del Gobierno es que muchos proyectos de renovables se han quedado sin salir adelante por culpa de la planificación energética.
El tú sí, y yo no ha dejado tirados a muchos inversores que confiaron en 2008 en sacar adelante una serie de proyectos, y que por mucho que lo hayan intentado, el tiempo les ha quitado la razón y han tenido que cerrar el chiringuito.
Es lo que le ha sucedido a Ibereólica con siete de sus once proyectos termosolares, que tras varios años luchando por entrar en la planificación, han decidido dejar de seguir peleándose con las administraciones y han preferido presentar el concurso de acreedores voluntario de las siete compañías con las que formalizó esos proyectos. Las sociedades en concurso son Ibereólica Solar, Ibereólica Solar Badajoz 2, Ibereólica Solar Medellín, Ibereólica Solar Santa Amalia, Ibereólica Solar Puebla 1, Ibereólica SolarPuebla 2 y Planta Termosolar Valdetorres, según los anuncios del juzgado de lo Mercantil publicados esta semana en el BOE.
Las sociedades conservarán sus facultades de administración y de disposición del patrimonio, pero lo harán bajo el sometimiento de la administración concursal, de la que se hará cargo la sociedad Rousaud Costas Durán. Los acreedores deberán comunicar las deudas pendientes en el plazo de un mes.
Según José Manuel Ramos, director general de Ibereólica, por desgracia muchos proyectos como estos han acabado así, "promociones frustradas" a las que no se le ha dejado salir hacia delante.
Ramos asegura que esta situación es totalmente inocua para el grupo, al que no afectará prácticamente en sus cuentas al ser solo proyectos, que no han llegado a construirse, y en los que no ha habido un gran desembolso.
Ibereólica desarrolla proyectos renovables de eólica, hidráulica y termosolar que producen cada año electricidad equivale al consumo medio anual de 78.000 familias. Posee en España dos plantas termosolares que están en funcionamiento como son las de Olivenza (Badajoz) y Morón de la Frontera.
El sector termosolar, como el resto de tecnologías renovables, se ha visto sometido a diversos recortes retributivos en España desde 2010, el último de ellos incluido en la reforma del sector eléctrico de 2013, en la que se fijó un nuevo criterio de rentabilidad razonable establecido a partir de un diferencial con respecto al bono del Estado para toda la vida útil de la instalación.
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