El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que le "llevan los diablos" cuando escucha referirse a las ganancias obtenidas por la petrolera en estos últimos años como "beneficios extraordinarios".
En una conferencia organizada por Alumni Esade, Imaz recordó que el grupo en los años 2021 y 2022 no ha llegado a recuperar las pérdidas de 7.200 millones de euros que sufrió en 2019 y 2020, especialmente en ese ejercicio por el impacto por el Covid-19.
"Esas sí que fueron pérdidas extraordinarias", subrayó el directivo, recordando igualmente el comportamiento solidario de la compañía manteniendo toda su actividad abierta para que se pudiera seguir suministrando combustibles en una situación especialmente complicado, a pesar del frenazo en la movilidad que hundió sus cuentas.
"Hemos recuperado parte de aquello que en los años 2019 y 2020 dejamos en ese esfuerzo. Pero hubo muchas compañías y empresas que hicieron también ese esfuerzo", dijo.
El trilema energético para Repsol
Por otra parte, Imaz defendió el papel de la industria como "gran motor y ascensor social del país", para garantizar que los jóvenes tengan "trabajos estables sueldos dignos". "Siempre he creído en la industria", añadió.
El ejecutivo de Repsol llamó así a defender "el modelo" que se quiere para España y Europa, "ya que nos estamos jugando el futuro", y abogó por garantizar el "trilema" energético de la seguridad de suministro, la accesibilidad y la descarbonización, aspecto este último en el que dejó claro que la compañía está "comprometida", representando el 40% de su 'capex'.
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