¿Sabías que España, junto a Portugal, es el país de la Unión Europea que goza de más horas de luz solar? 8,2 horas de media al día, lo que supone un total del 2.500-3000 horas de sol al año. De hecho, España es líder en Europa del mercado fotovoltaico y, además, es el país de la Unión Europea con mayor potencial de generación de energía a través de tecnología fotovoltaica. Exceptuando la cornisa norte (Galicia, Asturias y Cantabria), el potencial de la inmensa mayoría del territorio español se sitúa entre 1.500 y 1.800 kWh/kWp.
En una Europa que apuesta de manera decidida por la reducción de emisiones –el objetivo es lograr disminuirlas en un 55% para el año 2030– y la generación de energía limpia, los sistemas fotovoltaicos cobran especial importancia como tecnología de suministro, ya que tienen un nivel bajo de emisiones de carbono con tan solo 32 g/kWp y son considerados como una fuente de energía estratégica baja en carbono para desarrollar en el siglo XXI. Para el año 2030, la Comisión Europea ha situado la cuota total de energía renovable en el 32%.
Y en este marco, las ciudades, más exactamente las cubiertas de los edificios, podrían jugar un papel decisivo. Hoy en día, más del 75% de potencia instalada en España se sitúa en huertos solares, ubicados sobre terrenos alejados de los núcleos urbanos de consumo. En cambio, las instalaciones fotovoltaicas en cubiertas de edificios representan menos de un 25%, siendo los edificios industriales y comerciales los lugares donde principalmente se localizan estas instalaciones. “El potencial de aprovechamiento de las cubiertas de los edificios para satisfacer la demanda de energía en España a través de tecnología fotovoltaica es enorme”, señalan desde AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización. “De esta manera, nuestros edificios pasarían de ser consumidores de energía a generadores de la misma, reduciendo el consumo y minimizando su impacto ambiental”.
En este sentido, el Real Decreto 244/2019_, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica _es un avance en este camino, ya que fomenta el desarrollo del autoconsumo de energía generado a través de instalaciones fotovoltaicas.
Por otro lado, es cierto que, a nivel técnico, encontramos algunas dificultades prácticas en cuanto al acceso y almacenamiento. “Por ejemplo, en grandes instalaciones de producción, situadas en cubiertas de edificios comerciales y logísticos en entornos urbanos, hay que salvar importantes limitaciones para acceder a un punto de conexión para la descarga a red. En lo que respecta al almacenamiento, las tecnologías avanzan rápidamente hacia sistemas más eficientes y viables económicamente”, apuntan desde AIFIm.
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