La inversión global en combustibles fósiles este año va a crecer más del 6%, hasta 950.000 millones de dólares, que suponen el doble de lo que, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), sería necesario para cumplir con el objetivo internacional de la neutralidad en carbono para 2050.
En su informe anual sobre las inversiones en energía publicado este jueves, la AIE subraya que el volumen de dinero absorbido por el carbón, que fue de 135.000 millones de dólares en 2022, va a seguir aumentando este año hasta los 150.000 millones.
Si continúa en esa línea, en 2030 será seis veces superior a lo que sería esperable para contener el calentamiento global en 1,5 grados centígrados.
Un 90% de esa inversión se lleva a cabo en la región Asia-Pacífico y, en particular, en China e India, que tienen planes para incrementar su producción y abrir nuevas minas.
Las inversión en combustibles fósiles
La industria del petróleo y del gas también va a invertir este año más capital, en concreto medio billón de dólares, un 7% más que en 2022, solo para la producción, lo que supone volver a los niveles de 2019, el ejercicio previo a la crisis de la covid.
Aproximadamente los restantes 300.000 millones de dólares se invertirán en instalaciones de refino de crudo, de gas licuado (la construcción de terminales de regasificación ha dado un salto muy fuerte tras la invasión rusa de Ucrania) y en distribución de productos petrolíferos y gas.
Los beneficios excepcionales que consiguió el sector el pasado año, gracias a la escalada de precios, podría haber conducido a un alza todavía mayor, pero lo cierto es que las incertidumbres sobre la demanda a largo plazo y los temores sobre los costos han enfriado los ánimos de algunos actores, detalla la AIE.
En particular los de las grandes compañías petroleras occidentales, que se han decantado por dar más de la mitad del efectivo que ingresaron a sus accionistas, en forma, por ejemplo, de dividendos, de acciones o de devolución de deuda. Eso contrasta con los dos tercios que dedicaban a la inversión en el periodo 2010-2019.
Las únicas compañías petroleras o gasísticas que están invirtiendo más que en el período precovid son los grupos estatales de Oriente Medio.
En cualquier caso, la industria del petróleo y del gas sigue sin apostar por las fuentes de energía de bajas emisiones, que van a representar este año menos del 5 % de sus inversiones, según el informe.
Es verdad que ese porcentaje varía de unas a otras y que en las grandes europeas es de doble dígito, con un repunte del dinero para bioenergía, hidrógeno y captura de CO2.
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