La AIE 'cambia el paso' y prevé un aumento significativo de las renovables en todo el mundo

Históricamente conservadora en sus previsiones de crecimiento de las energías renovables, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) parece estar dispuesta a quitarse el sambenito y poner fin a esa tendencia tradicional en su próximo informe World Energy Outlook. La agencia ha puesto de manifiesto que las estimaciones para las instalaciones de energía solar y eólica se incrementarán significativamente en el informe, ya que trata de reflejar con precisión los renovados esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de carbono.

La AIE que es apreciada como el pronosticador número uno en el mercado mundial de la energía, ha venido subestimando el crecimiento del sector de las energías renovables desde hace más de diez años, tal y como se puede observar en los dos gráficos relativos a sus previsiones en energía solar y eólica que se pueden ver más abajo, lo que le ha llevado a ser el objeto de numerosas críticas. Sin embargo, su informe intermedio anual, que se publica a principios de noviembre, aumentará las estimaciones previas que es de esperar que reflejarán con más precisión el panorama real del sector.

La principal razón para el cambio en el pronóstico, según Bloomberg, es la reciente evolución de las políticas energéticas de todo el mundo. Estos desarrollos se han espoleado por el acuerdo alcanzado en París a finales del año pasado, que ha inspirado una serie de políticas de recorte de emisiones y de lucha contra el cambio climático.

Todas las señales parecen estar apuntando a un fuerte aumento de la industria de la energía renovable. La semana pasada el Consejo Mundial de la Energía celebró la 23ª edición del Congreso Mundial de la Energía, donde la organización predijo que la solar y eólica representarán el 60% de toda la energía generada en el año 2060. Se señaló la enorme inversión en el sector como el principal catalizador de este fuerte aumento. De hecho, en 2015, el sector de las energías renovables fue el destinatario de unas inversiones de 348.000 millones de dólares, cifra que duplica la invertida en combustibles fósiles.