La construcción de la central nuclear de Hinkley Point está siendo mucho peor que un parto. Si ya de por sí se crearon muchos problemas para aprobar el proyecto por ser el más caro de la historia de la ingeniería eléctrica, ahora aumenta de nuevo el coste por retrasos en la construcción.
Así lo ha confirmado la francesa EDF, que asegura que el coste aumentará en 1.500 millones de libras (algo más de 1.700 millones de euros). Si antes estaba cifrado el coste en 22.300 millones de euros, ahora la cantidad se ha extendido hasta los 24.000 millones de euros.
Solo hace nueve meses que el Gobierno de Theresa May aprobó el proyecto bajo un aluvión de críticas por su excesivo coste y el plan de ayudas para mantener la central operativa durante los primeros 35 años de vida.
Y el agujero del sobrecoste ya se ha disparado en 1.700 millones. EDF calcula que la construcción se alargará al menos en otros 15 meses más de lo previsto por lo que Hinkley Point no estará activa hasta 2026. Estaba planeado hacerlo un año antes.
Los dos nuevos reactores de Hinkley suministrarán el 7% de la electricidad que se consume en todo Reino Unido y podría abastecer a seis millones de británicos.
Dos terceras partes de la construcción serán financiadas por Francia, a través de EDF, y el resto por una empresa estatal china. Eso sí, se crearán 25.000 puestos de trabajo durante estos nueve años.
Este sobrecoste ha vuelto a suscitar polémica en Reino Unido sobre si es necesaria una central nuclear de estas características y sobre todo tan costosa para el consumidor. El Gobierno asegura que no costará nada al consumidor hasta que no se ponga en funcionamiento, pero ahí es cuando vendrá el susto, 100 euros MWh de compensación durante 35 años.
¿Se acabará construyendo la central nuclear?
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