La central nuclear de Three Mile Island cerrará el próximo 30 de septiembre. Así lo ha decidido su propietaria, la eléctrica Exelon, que tras no recibir el apoyo gubernamental para una ayuda de 500 millones de dólares para esta central y otras cuatro plantas nucleares en el estado de Pensilvania, ha tenido que tomar esta medida mucho antes de lo previsto.
Three Mile Island lleva en pérdidas unos cuantos años y tiene licencia operativa hasta 2034. Exelon lleva detrás de obtener estas ayudas bastante tiempo pero el tiempo legislativo se acaba y el próximo 1 de junio dejará de comprar combustible nuclear. Por tanto, se apagará la central 15 años antes de lo previsto.
La central es recordada por el único accidente nuclear grave que se ha producido en EEUU. Fue en 1979, ahora hace 40 años. Un fallo del equipo y varios errores de los operadores provocaron una fusión parcial del reactor de la unidad 2 de la central.
Aunque no existe una conclusión clara al respecto, los científicos del gobierno han dicho que la dosis individual máxima no fue suficiente para causar problemas de salud en la ciudadanía. Pero el miedo y la escasa información hicieron que 144.000 estadounidenses huyeran despavoridos a las pocas horas del accidente.
La unidad 1 ha seguido funcionando ya con la Unidad 2 perdida y ahora Exelon se ve abocada a su cierre. Con el apagón, la electricidad limpia que generaba Three Mile Island será sustituida con centrales de carbón y de gas de la zona.
La empresa ha asegurado en un comunicado que van a tratar de dar empleo a todos los trabajadores de la central en otras plantas de la compañía.
“Quiero agradecer a los cientos de hombres y mujeres que continuarán operando de manera segura Three Mile Island hasta septiembre. Vamos a ofrecer un puesto en cualquier otra parte de Exelon a todos los empleados que deseen permanecer en la empresa y que estén dispuestos a mudarse, y haremos todo lo posible para apoyar a la comunidad, los empleados y sus familias durante este difícil período”, aseguró Bryan Hanson, vicepresidente y jefe del negocio nuclear de Exelon.
Hace pocos días informaba este diario que otra central accidentada, la de Chernobyl, consiguió 33 años después cerrar definitivamente el sarcófago y dejar de emitir radioactividad al exterior.