El futuro de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y ocupada por Rusia, constituye uno de los principales obstáculos en las negociaciones de paz en la guerra ruso-ucraniana, al tiempo que Ucrania advierte de los riesgos de la intención de Moscú de reiniciar al menos uno de sus reactores tras una larga pausa.
Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, EEUU propone que la electricidad de la central se distribuya a partes iguales entre Ucrania, Estados Unidos y Rusia, mientras que Kiev estaría dispuesto a aceptar el 50% y dejar que Washington decida la distribución del resto.
El presidente ruso, Vladímir Putin, sugirió, en cambio, en una reciente reunión con empresarios, que EEUU se muestra interesado en 'minar' criptomonedas en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo durante la reunión con Zelenski el domingo en Florida que la planta está lista para "ponerse en marcha casi de inmediato", lo que indica que Rusia estaría dispuesta a compartir con Ucrania la electricidad producida allí.
Zaporiyia y el escepticismo ucraniano
Estas declaraciones de los presidentes ruso y estadounidense han sido recibidas con escepticismo en Ucrania.
"Rusia utiliza la central ocupada para ganarse el apoyo de Trump y su séquito, dada su implicación en el negocio de las criptomonedas", dijo a EFE Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Ucrania.
Omelchenko señaló que la central no podría suministrar electricidad a la vez a Ucrania y a Rusia, ya que operan en sistemas energéticos técnicamente incompatibles.
Ucrania sincronizó definitivamente su red eléctrica con la europea ENTSO-E en 2022, tras años de preparación.








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