La central térmica de La Pereda, propiedad de Hunosa, que la venía utilizando para generar electricidad a partir de estériles y carbón de su última mina en activo -el pozo San Nicolás-, pasará a usar biomasa y combustible sólido recuperado (CSR) a partir del segundo semestre de 2025 una vez que concluyan las obras de transformación de la instalación.
El contrato de redacción del proyecto y de ejecución de las obras ha sido adjudicado este jueves por el consejo de administración de la hullera pública a la UTE compuesta por Moncobra y Maetel Instalaciones y Servicios Industriales por 36,9 millones, que presentó la oferta más competitiva de las dos recibidas tanto en términos económicos como en plazos de ejecución y solución técnica.
Según ha informado Hunosa, los trabajos se acometerán en diecinueve meses -dos menos de los exigidos en el pliego de condiciones- con una rebaja superior a los 600.000 euros respecto al precio de licitación y la obra será recepcionada en el segundo semestre de 2025.
Modificaciones
El proyecto recoge modificaciones técnicas de las instalaciones existentes como la adaptación de la caldera y el sistema de tratamiento de gases, la mejora de la eficiencia del ciclo de refrigeración y un sistema de almacenamiento y alimentación de los nuevos combustibles que se emplearán.
Se trata, según Hunosa, de un ejemplo de aprovechamiento de una instalación existente, diseñada en origen para operar con un combustible fósil, que se modifica para consumir otros de origen renovable y constituye, por tanto, "un ejemplo de economía circular y transición energética, con una instalación renovable beneficiosa desde el punto de vista energético y medioambiental".
La transformación de La Pereda en una central de biomasa "autóctona y sostenible" responde a los objetivos de consolidar la viabilidad la compañía minera y de contribuir a una economía limpia y sostenible que vertebra su territorio de referencia con un claro compromiso con la descarbonización.
Además, Hunosa incide en que el régimen retributivo obtenido por la compañía en la subasta de energías renovables celebrada en octubre de 2022, en la que fue adjudicataria de 50 MW para explotar una central de biomasa, avala la continuidad durante al menos veinte años de una instalación que genera 134 empleos directos e indirectos.
Gestión forestal
El uso de la biomasa aspira además a impulsar la gestión forestal de los bosques asturianos de manera que la transformación de La Pereda, ubicada en Mieres, puede suponer la generación de unos 200 empleos inducidos y se prevé además que la remozada central pueda utilizar combustible sólido recuperado (CSR) en un porcentaje máximo del 10 por ciento.
El Gobierno asturiano viene trabajando para identificar una solución definitiva para las 150.000 toneladas anuales de combustible sólido recuperado (CSR) que se generarán en la nueva planta de tratamiento de la fracción resto -o de basura bruta, la depositada en la bolsa negra- construida en Serín por el Consorcio para la Gestión de Residuos (Cogersa).
El Plan Integrado de Residuos para una Economía Circular en Asturias (Pireca) 2024-2030 planteaba opción preferente figura la valorización química del CSR, pero, para llevarla a cabo, "no hay soluciones maduras por el momento", según la Consejería de Transición Ecológica.
El grupo termoeléctrico de La Pereda se proyectó en los años ochenta del pasado siglo y se construyó al inicio de la década de los noventa e incorporó después una planta de captura de CO2 que participa en la actualidad en el proyecto europeo CaLby2030 para acometer también su reforma y reducir sus emisiones de dióxido de carbono en niveles superiores al 99 por ciento.
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