La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se encamina a aplicar un cambio profundo en la regulación económica del sistema gasista español. A partir de 2027, la retribución de las actividades de transporte y regasificación adoptará criterios muy similares a los del sector eléctrico, según el borrador del Informe de Evaluación del Modelo Retributivo elaborado por el organismo y sometido a información pública .
El informe examina el modelo vigente de retribución, establecido por la Circular 8/2020 para el periodo 2021-2026, y juzga su funcionamiento en un contexto extraordinario marcado por la pandemia, la crisis energética europea, la invasión de Ucrania, el desplome de la demanda y la reconfiguración del aprovisionamiento europeo de gas. Pese a las dificultades, la CNMC sostiene que el sistema ha demostrado ser estable, predecible y capaz de incentivar la eficiencia de las empresas reguladas, aunque requiere ajustes importantes de cara al próximo periodo regulatorio.
Incentivos y reparto de riesgos
La metodología actual se sustenta en una combinación de enfoques: parte de los ingresos se fijan por adelantado (revenue cap), se reconocen ciertos costes reales auditados (cost-plus) y se incluyen incentivos que premian la eficiencia en operación y mantenimiento. Uno de los pilares clave es el sistema de retribución a la inversión, calculado como la media entre el coste real auditado y unos valores unitarios de referencia fijados por la CNMC. Este mecanismo obliga a las empresas a controlar sus costes y reparte los desvíos al 50% entre los operadores y el conjunto del sistema gasista .
En materia de operación y mantenimiento, la retribución se fija con valores unitarios que buscan representar el coste eficiente de una empresa bien gestionada. Si las compañías logran operar por debajo de ese umbral, pueden retener una parte de esos ahorros en futuros periodos gracias al incentivo de mejora de productividad. Además, el modelo incluye mecanismos adicionales para fomentar la eficiencia, como incentivos por prolongar la vida útil de los activos, por reducir mermas de gas o por prestar servicios logísticos con activos regulados.
Sistema sobredimensionado y con menor uso
El análisis de la CNMC pone de manifiesto que el sistema gasista continúa sobredimensionado respecto a las necesidades actuales del mercado. La planificación energética de 2008-2016 preveía una demanda mucho mayor a la que finalmente se produjo, lo que llevó a desarrollar infraestructuras cuya utilización ha sido menor de la estimada. La red de transporte apenas ha crecido desde 2017, pero la energía transportada cae de forma sostenida desde 2021. De media, cada kilómetro de gasoducto mueve menos energía que hace una década.
En el caso de las seis plantas de regasificación, la CNMC destaca que, aunque son imprescindibles para garantizar la seguridad de suministro, su uso ha sido históricamente bajo. La media de utilización de la capacidad de regasificación no supera el 35%, pese a que estas infraestructuras aportan más del 50% del gas que circula por la red de transporte. La incorporación de El Musel en 2023 elevó puntualmente la capacidad de almacenamiento y la actividad logística, pero la tendencia general sigue siendo descendente en 2024 .








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