El coronavirus tendrá consecuencias en el equilibrio financiero del sistema eléctrico. Pero según ha asegurado María Fernández, vicepresidenta de la CNMC, en el webinar 'Balance y perspectivas del sector energético tras el COVID19' organizado por APPA Renovables, "aunque este equilibrio es un elemento fundamental para que su funcionamiento sea tan óptimo como lo ha sido en los últimos años, yo no estaría especialmente preocupada porque dependerá de cómo se desarrolle el crecimiento económico en los próximos meses a partir de la reactivación de la economía. Es pronto para saber cuál será la liquidación definitiva de 2020".
La declaración del estado de alarma por la pandemia ha provocado una alteración en el sistema eléctrico sin precedentes. "Las medidas regulatorias para atender a los más vulnerables como la prohibición de cortar el suministro de luz a consumidores vulnerables, la creación de una nueva categoría de bono social a la que se han sumado 2.000 usuarios, la reducción de potencia que ya supone 102.000 solicitudes, los 14.000 clientes acogidos a la suspensión de pagos y los 23.000 clientes que han pedido diferir los pagos", explica por su parte Marina Serrano, presidenta de Aelec, "han provocado una caída del 35% de la demanda eléctrica, lo que supone una merma en la recaudación vía fiscalidad para los costes del sistema".
Este desplome ha ayudado a que en abril, en el mercado mayorista se marcaran unos precios un 65% por debajo respecto al mismo mes del año pasado, hasta situarse en los 17,65 euros por megavatio hora, el nivel más bajo desde hace seis años y el segundo más bajo desde hace trece. Y frente al pasado mes de marzo, este precio supone una caída del 36,4%.
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"El RD 11/2020 que aprobó el gobierno como consecuencia del estado de alarma prevé que en caso de reducción de ingresos por esas medidas se compensará el sistema eléctrico con cargos a Presupuestos Generales del Estado", añade Serrano, "y del superávit de 1.000 millones que hay vamos a ver cuánto queda".
Se calcula que esta fuerte caída de los ingresos del sistema por la reducción de la demanda eléctrica y las medidas excepcionales podrían llevar a un déficit de tarifa de unos 1.000-1.200 millones de euros.
"El sistema está bastante perfilado", continúa la responsable de la CNMC, "el desajuste de la 14ª Liquidación de 2019 es de unos 1.200 millones de euros, pero no se puede hablar de déficit, porque no se puede saber hasta que no se produzca la liquidación definitiva. Además, la orden de peajes ya llevaba un desajuste de 450 millones, el coeficiente de cobertura es de unos dos puntos, y hay que contar con la eliminación del impuesto del 7% el año pasado".
"Por otro lado, todavía falta por ingresar la parte de la recaudación del comercio de derechos de emisión (ETS EU), aunque ciertamente el mayor impacto en la liquidación provengan de los ingresos fiscales, tanto por la caída del precio del pool, entre otras razones por la cada vez mayor incorporación de las renovables, como por la eliminación del impuesto eléctrico".
"La sostenibilidad económico-financiera del sistema eléctrico debe ser analizada porque tiene un papel fundamental en la recuperación de la economía", explica la presidenta de Aelec, "si nos ajustamos a los objetivos del PNIEC, deberá continuar las inversiones en renovables, y solo se harán con seguridad si hay estabilidad en el mercado eléctrico, el inversor necesita que se le de confianza, tiene que ser la palanca para evitar que se repitan épocas pasadas que mermarían la capacidad de inversión".
Por eso, recuerda, "hay que plantearse los costes ajenos al sistema eléctrico que están incluidos en el recibo de la luz de los consumidores, que es una mala señalar para conseguir los objetivos de descarbonización y por tanto, de apostar por la electrificación de la economía".
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