El mercado de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) tuvo un gran 2022, con un crecimiento cercano al 100% en anuncios de proyectos. Norteamérica acaparó el protagonismo gracias a sus políticas favorables, mientras que los países de APAC empezaron a recuperar terreno.
Este año, las miradas están puestas en los mercados maduros de Europa y Norteamérica, ya que se prevé una avalancha de proyectos que pasarán a la siguiente fase. Sin embargo, los analistas de Rystad Energy prevén que un tercio de los proyectos en cartera sufrirán retrasos, aunque los anuncios de proyectos mantendrán el mismo ritmo en 2023.
En el informe de este mes, Rystad desmenuza cómo están tomando forma las futuras redes de transporte y almacenamiento de CO2, ya que en la actualidad se carece de infraestructuras de CO2 disponibles. Los gasoductos terrestres siguen convirtiéndose en el modo de transporte de CO2 por excelencia, con algunos ambiciosos desarrollos a gran escala en el Medio Oeste estadounidense.
Mar del Norte
El informe señala que se necesitarán decenas de terminales y buques de transporte de CO2 en el emergente mercado del transporte marítimo de CO2, que en la actualidad se centrará en el Mar del Norte, con Noruega, Dinamarca y los Países Bajos posicionados como atractivos países importadores de CO2 para su almacenamiento.
En la mayor parte del mundo, el método de almacenamiento de CO2 EOR está a punto de perder su hegemonía, aunque en Asia está ganando terreno gracias a la mejora de la economía y a las ambiciones de descarbonización de las empresas.
El almacenamiento en acuíferos salinos y volcánicos experimenta un repunte debido a la gran capacidad de almacenamiento y a que el almacenamiento de CO2 es potencialmente más barato y eficaz.
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