La demanda de energía en EEUU aumenta a medida que se expanden los centros de datos, pero los precios no alcanzarán su punto máximo hasta 2030

Los precios minoristas de la electricidad en Estados Unidos han aumentado un 13% desde 2022, superando al Índice de Precios al Consumidor (CPI) y elevando los costos para los consumidores. Aunque muchos han señalado el creciente consumo de los centros de datos como el culpable de este incremento, el análisis de Rystad Energy muestra que, hasta el momento, estos centros aún no han influido de forma significativa en los precios de la electricidad.

La investigación de Rystad indica que el impacto total de los centros de datos sobre los precios se manifestará más cerca de 2030, impulsado por la finalización de una ola de proyectos de infraestructura y la puesta en funcionamiento de más centros. Rystad predice que satisfacer este aumento inevitable en la demanda de energía será difícil debido a graves cuellos de botella del lado de la oferta, como el retiro de generadores, los largos plazos de interconexión y los riesgos de viabilidad de proyectos.

Los precios reflejan el aumento de los costos financieros

Los precios minoristas de la electricidad reflejan el aumento de los costos financieros asociados a los cargos por capacidad, las tarifas de transmisión y distribución (T&D), y los costos de mantenimiento del sistema, todos los cuales han ido en aumento a medida que las redes eléctricas se adaptan tanto a la creciente demanda de los centros de datos como a la integración de energías renovables.

“Si se espera que la transición energética y el crecimiento de los centros de datos se globalicen, estas dificultades de adaptación solo aumentarán en complejidad al aplicarse a redes eléctricas y mercados menos resilientes”, dijo Marina Domingues, vicepresidenta y jefa de Nuevas Energías en EEUU de Rystad Energy.

Aunque los precios mayoristas nominales de la electricidad se han mantenido relativamente estables desde 2023, las tarifas minoristas se han disparado. Los consumidores finales se enfrentan a aumentos astronómicos en los costos de la electricidad, pagando primas del 300% respecto al precio base, frente a las primas mayoristas que rondan el 120%, dependiendo de la región.

Los mercados más afectados son aquellos que requieren amplias mejoras en la infraestructura de transmisión y distribución para integrar fuentes renovables variables, como el Operador Independiente del Sistema de Nueva Inglaterra (NE-ISO), California ISO (CAISO) y Nueva York ISO (NYISO). Estas regiones enfrentan presiones adicionales debido al aumento de la electrificación y los desafíos operativos introducidos por la generación intermitente.

Motor de crecimiento

Aunque los sectores tradicionales aún dominan el consumo energético en EEUU, los centros de datos están emergiendo rápidamente como un motor clave de crecimiento estructural de la demanda, modificando fundamentalmente el perfil de carga con picos más pronunciados y mayores exigencias de flexibilidad en la red.

Si bien los sectores residencial e industrial seguirán siendo los principales consumidores, se prevé que la demanda de los centros de datos crezca de manera drástica, pasando de niveles insignificantes a comienzos de la década de 2020 a representar el 12% de la demanda total en 2030, y alcanzar el 21% para 2050.

“La brecha cada vez mayor entre los precios minoristas en aumento y los precios mayoristas estables indica una divergencia creciente entre los costos de energía y los de confiabilidad en todo EEUU. Aunque este cambio aún está en una fase inicial, las presiones al alza relacionadas con el mantenimiento de la suficiencia de recursos y la capacidad del sistema serán cada vez más evidentes en las facturas de los consumidores, especialmente en las zonas donde se construyen centros de datos cerca de áreas residenciales”, concluye Marina Domingues.