Desde hace tiempo, vivimos tiempos convulsos en lo relativo al sector del automóvil. Los hábitos de consumo han cambiado y, sobre todo, de elección, promovidos por unas imposiciones gubernamentales que no agradan a todo el mundo. Nos referimos lógicamente a la electrificación del sector en la que estamos inmersos y que será una realidad definitiva a partir de 2035, año en el que la Unión Europea prohibirá la venta de motores de combustión, confirmando recientemente que seguirá adelante en su decisión pese a los malos datos de matriculaciones cero emisiones surgidos en todo el territorio europeo.
Una electrificación que, como decimos, no solo ha variado los hábitos de consumo o la elección de los compradores, sino que ha puesto en jaque a los fabricantes, quienes se han visto obligados a tener que realizar importantes desembolsos económicos para transformar sus cadenas de producción, adecuar sus instalaciones y, en la mayoría de los casos, lograr el objetivo de la neutralidad en carbono. En esta línea, el camino no es, ni mucho menos de rosas, menos en el momento actual en el que Volkswagen ha confirmado el cierre, por primera vez en su historia, de tres plantas alemanas como consecuencia de la electrificación.
Más sencillos, menos personas
Pero hay más, porque esta nefasta decisión vendrá, lógicamente, acompañada de una reducción drástica de puestos de empleo. Y es que las primeras estimaciones realizadas por Prognos señala que solo en el país germano, la electrificación dela industria automotriz podría eliminar hasta 186.000 empleos. El principal motivo no se debe a las reducidas ventas de este tipo de coches, que provocan que la rentabilidad de las marcas decrezca, sino a que ya no se necesitan tanta mano de obra para fabricar los modelos eléctricos dada la sencillez tanto por un lado de su mecánica como, por otro, de los soldadores, administración y gestión. De hecho, ya hay fabricantes de origen chino que cuentan en sus fábricas con más robots que personas, como es el caso de DFSK, e incluso ya hay otros como Tesla o Xiaomi que están metidos ya en el desarrollo de robots humanoides.
Un saco en el que también podríamos meter incluso a los comerciales, pues muchos de los fabricantes que se han volcado en la electrificación viran hacia un modelo on-line de venta. Por ver el vaso medio lleno, el estudio de Prognos también augura la aparición de nuevas cualificaciones como la ingeniería, tanto eléctrica como sorprendentemente mecánica, pero en general aseguran que eventualmente se perderán más puestos de trabajo de los que se crearán. Esperaremos a ver cómo discurre efectivamente la situación socio económica y, sobre todo la resolución de prohibir la venta de coches de combustión para mitad de la década siguiente.
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