La escasa adopción del coche eléctrico en España cuestiona la transición energética

La escasa adopción del coche eléctrico en España pone en duda la transición energética en materia de movilidad en Europa que tiene como objetivo el final de las ventas de vehículos de combustión a partir de 2035, según revela el Grupo Moure.

"La transición debería ser un esfuerzo coordinado entre todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, la realidad es que nos encontramos con estrategias divergentes que frenan la adopción masiva del coche eléctrico", ha comentado el director general de la compañía, Manel Montero.

A raíz de las políticas "fragmentadas" de los Estados miembros del bloque comunitario y la infraestructura de recarga "insuficiente" que limitan el crecimiento, las ventas de coches eléctricos en España apenas llegan al 5%.

Además, las proyecciones futuras no son alentadoras, según revela la organización. Países "clave" de la Unión Europea como Alemania y Francia contemplan una reducción de las ayudas al coche eléctrico en los próximos meses para salvar los escollos presupuestarios de ambos territorios, mientras que las normativas más estrictas y los aranceles sobre vehículos importados de China a nivel europeo encarecerán aún más el coche eléctrico.

"Sin un enfoque común, existe un riesgo real de retroceso en el camino hacia una movilidad sostenible", ha advertido Montero.

Los eléctricos en España

Y es que, si bien el precio de los vehículos 'cero emisiones' ha disminuido en los últimos años, Grupo Moure destaca que "sigue estando fuera del alcance" de muchos consumidores "especialmente" en economías emergentes y zonas rurales.

"No podemos pretender que todo el mundo adopte el coche eléctricos si no se asegura su accesibilidad", ha denunciado la empresa desde donde piden inversiones "significativas" en infraestructuras y tecnologías que abaraten los costes.

No obstante, pese a estos desafíos Grupo Moure defiende que la movilidad eléctrico es una "pieza clave" contra el cambio climático aunque la transición, a su juicio, debería ser "ordenada y realista" con planes a largo plazo.

"Necesitamos un marco europeo que combine incentivos económicos, infraestructuras robustas y una hoja de ruta clara que permita cumplir con los objetivos climáticos sin generar incertidumbre en el mercado", ha sentenciado Montero.