En 2020, la demanda mundial de litio rondaba las 383 kt de carbonato de litio equivalente (LCE). En 2024, sin embargo, esta cifra se había más que triplicado hasta alcanzar 1,2 Mt LCE, en gran parte gracias a la industria de los vehículos eléctricos (VE). En estos momentos, los analistas de litio de Wood Mackenzie prevén que esta tendencia continúe y que el consumo de litio alcance unos 6 Mt de LCE en 2050, impulsado por la evolución del panorama de las baterías recargables.
Wood Mackenzie prevé que la demanda de litio pase de los 1,2 millones de toneladas (Mt) de este año a unos 6 Mt en 2050
Los analistas pronostican que la industria del litio registrará un excedente de oferta a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, el crecimiento de la demanda superará al de la oferta, y el mercado se enfrentará a un déficit. Se necesitará más oferta para satisfacer la demanda, aseguran.
Tradicionalmente, el litio se extrae de fuentes minerales y salmueras. Sin embargo, la evaporación de las salmueras puede tardar hasta 18 meses. Esto la convierte en una opción menos viable cuando se trata de satisfacer las necesidades inmediatas del mercado. Por tanto, explorar nuevas tecnologías de extracción es crucial para diversificar las fuentes y reducir la dependencia del mercado de unos pocos productores y tipos de recursos importantes.
Otro inconveniente es la superficie necesaria para crear las enormes balsas de evaporación. La necesidad de acelerar el suministro y satisfacer la demanda mundial ha impulsado el auge de la tecnología de extracción directa de litio (DLE).
La velocidad es esencial
La DLE hace referencia a tecnologías avanzadas que procesan eficazmente salmueras continentales y diluidas sin necesidad de grandes balsas de evaporación. Utilizando métodos químicos o físicos, la DLE aísla selectivamente el litio de las soluciones de salmuera mediante diversos métodos, como la adsorción, el intercambio iónico, la extracción con disolventes y la tecnología de membranas.
En Woodmac creen que la DLE ofrece una alternativa más rápida y eficaz a los métodos tradicionales de extracción de litio. A diferencia de los procesos de evaporación convencionales, que pueden llevar meses, la DLE puede lograr la extracción en sólo horas o días. Además, la DLE promete mayores tasas de recuperación y una menor huella medioambiental que los métodos tradicionales. “Estimamos que las recuperaciones de litio podrían pasar del 40% al 60% con las balsas de evaporación a entre el 70% y el 90% con la DEL”, estiman.
En 2023, la DLE produjo alrededor de 83,7 kt de carbonato de litio equivalente (LCE), con una producción concentrada en Argentina y China. Para 2028, Wood Mackenzie prevé que el suministro de DLE aumente a unas 301 kt de LCE, lo que multiplicará por 2,6 la cuota de mercado de DLE desde 2023. Más de 30 empresas y start-ups de todo el mundo están desarrollando actualmente la tecnología DLE.
Obstáculos por superar
Sin embargo, la tecnología DLE debe superar una serie de obstáculos para prosperar a gran escala. Estos son, a juicio de los analistas de Woodmac, los siguientes:
Competitividad de costes. Actualmente, la DLE cuesta más que los métodos tradicionales de extracción de litio. El uso de energía renovable podría compensar algunos de estos costes. Las intensidades de capital tienden a ser más elevadas para la DLE que para los métodos tradicionales de extracción y procesamiento.
La viabilidad económica y el atractivo de invertir en instalaciones de DLE y explotarlas pueden verse empañados por la inestabilidad del precio de mercado del litio. En este caso, el apoyo financiero gubernamental podría reducir los riesgos y ayudar a atraer la inversión privada.
La venta de subproductos del proceso DLE -metales como magnesio, potasio, calcio y otros- podría añadir más valor al proceso DLE en su conjunto, haciéndolo más atractivo para los inversores. Arcadium Lithium, por ejemplo, ya vende subproductos como potasio y bromuro.
Escalabilidad. En lo que respecta a la escalabilidad, la mayoría de las tecnologías DLE se encuentran todavía en una fase incipiente o piloto y siguen afrontando retos técnicos con vistas a su comercialización a gran escala. La infraestructura disponible para apoyar las operaciones de DLE a gran escala es limitada.
Algunas empresas petroleras y gasísticas cuentan con el tipo de infraestructura que podría apoyar la DLE, pero no necesariamente tienen el litio necesario presente en sus recursos. Además, cada proyecto requiere un proceso de DLE único y a medida, que dependerá de la composición química de la salmuera.
Desde el punto de vista legislativo, la obtención de permisos operativos y medioambientales puede llevar tiempo y ser compleja, lo que, a juicio de los analistas de Woodmac, puede provocar retrasos en los proyectos.
Cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Desde el punto de vista del medio ambiente, la extracción de litio a partir de salmuera puede requerir mucha agua, lo que puede agotar los recursos hídricos locales. Los yacimientos de salmuera de litio suelen encontrarse en países con condiciones áridas, por lo que esto sería muy preocupante. En Argentina, el Salar del Hombres Muerto utiliza tecnologías DLE. El consumo total de agua dulce es aproximadamente un 200% superior al del mayor salar de Chile, el Salar de Atacama.
La reinyección de salmuera en el proceso reduce el consumo neto de agua, pero diluye la pureza de la salmuera. Cabe señalar que el proceso de reinyección no utiliza agua dulce.
La preocupación por la contaminación del suelo y el agua podría paralizar las operaciones, dependiendo de la política reguladora de la región. Desde el punto de vista de las emisiones, la DLE tiene una huella de carbono inferior a la de las explotaciones mineras, pero superior a la de las balsas de evaporación tradicionales.
No hay comentarios
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios