La falta de combustible de importación y las averías en varias centrales termoeléctricas han llevado a los apagones en Cuba a un punto crítico, con cortes diarios de más de 20 horas en el país, incluida La Habana.
La isla se encuentra paralizada -salvo para las pocas viviendas y empresas con generadores- y el malestar acumulado por la creciente crisis energética, agravada desde mediados de 2024, se tradujo esta madrugada en varias protestas menores en la capital.
Según explicó este martes la estatal Unión Eléctrica, en la noche previa -en el momento de máximo consumo- el Sistema Energético Nacional (SEN) no se pudo atender un 67% de la demanda, y así el apagón dejó sin luz a dos de cada tres bombillas en la isla.
La previsión para hoy es del 61%, en línea de lo que ha sucedido en los últimos diez días, donde en tres ocasiones se ha roto el récord de tasa de déficit desde que hay registros, con un 59, un 61 y un 62% casi consecutivos.
Los apagones en Cuba
Las razones para esta situación son, principalmente, la falta de combustible importado -a la que el Gobierno atribuye la mitad de los cortes- y las repetidas averías en las obsoletas plantas termoeléctricas del país (hoy ocho de las 16 unidades de producción están paradas).
El déficit de combustible tiene que ver con la falta de divisas para importarlo, tras una progresiva descapitalización del Estado por la profunda crisis económica en que se encuentra el país, cuya economía se ha contraído un 11% en el último lustro.
Aquí se entremezclan las consecuencias de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses en las dos administraciones de Donald Trump como presidente y los errores en la política económica y monetaria del país.







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