Eléctricas

La fiebre de la IA impulsa la demanda eléctrica de Europa: los centros de datos necesitan más nuclear, renovables y baterías

El "Barómetro de Energía 2025" de Eurelectric dibuja un escenario de crecimiento exponencial en el sector de las infraestructuras digitales, alcanzando para 2030 los 280 TWh anuales de consumo de electricidad

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El panorama energético europeo enfrenta una tormenta perfecta de demanda. La transición hacia la descarbonización, que avanzaba a paso lento en sectores como el transporte y la calefacción, ha sido catapultada por la irrupción explosiva de la Inteligencia Artificial (IA). Los centros de datos se han convertido en el motor de crecimiento más voraz e inesperado de la demanda eléctrica del continente. Este cambio radical, que obliga a revisar los planes de expansión de la noche a la mañana, expone una urgencia: para alimentar la IA, Europa debe acelerar de forma simultánea e inmediata el despliegue de energía nuclear, renovables y sistemas de almacenamiento a una escala sin precedentes.

El "Barómetro de Energía 2025" de Eurelectric dibuja un escenario de crecimiento exponencial en el sector de las infraestructuras digitales. Tras registrar un aumento del 15% en su capacidad en 2024, el consumo de electricidad de los centros de datos de la Unión Europea pasará de unos 100 teravatios hora (TWh) en el presente año a una proyección de 280 TWh para 2030.

En este contexto, España se posiciona como un hub crucial en el sur de Europa. El país proyecta absorber 20 TWh de esta nueva demanda para finales de la década, solo superado por Alemania y Países Bajos.

Reto de generación

Para poder alimentar esta demanda digital sin precedentes, que contrasta con el estancamiento en la electrificación industrial —tal y como reza el informe, solo crece un modesto 0,6% anual— y la desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos, Europa no puede permitirse el lujo de depender de una sola fuente baja en carbono. La buena noticia es que el sector eléctrico ya lidera la reducción de emisiones, con una cuota de generación baja en carbono que alcanza el 62%.

La energía solar ha respondido al desafío con instalaciones récord, sumando unos impresionantes 57 gigavatios (GW) de nueva capacidad en 2024, superando con creces el promedio anual necesario de 32 GW para cumplir los objetivos de 2030. Paralelamente, la energía nuclear, vital para proporcionar una carga base constante a la red, ha mostrado signos de recuperación con un aumento del 8% en su generación. Este impulso es fundamental, ya que aunque la generación fósil ha disminuido—según Eurelectric, el carbón cayó un notable 28%—, el gas sigue siendo necesario, aunque su papel en la fijación de precios mayoristas se ha reducido significativamente.

¿Es la nuclear la gran beneficiaria del auge de las criptomonedas y la inteligencia artificial?
Los pequeños reactores nucleares también pueden servir como complemento de las fuentes de energía renovable y reducir así la dependencia de los combustibles fósiles.

Sin embargo, la ambición digital se ve frenada por la lentitud en la expansión de la energía eólica. Las instalaciones eólicas terrestres y marinas se quedaron estancadas en apenas 15 GW en 2024, muy por debajo de los 35 GW anuales que la UE requiere.

Según el barómetro, el principal culpable es la burocracia, con tiempos de espera para la obtención de permisos que superan los cinco años en muchos estados miembros. Si Europa quiere mantener su ventaja competitiva en el mercado de la IA y asegurar la energía para sus crecientes centros de datos, debe eliminar urgentemente estas barreras y dar luz verde a todos los proyectos de energía limpia.

La flexibilidad como condición 'sine qua non'

El problema no es solo producir más electricidad, sino gestionar su flujo. La creciente intermitencia de las energías renovables, combinada con la concentración de demanda de los centros de datos, exige una red infinitamente más flexible y resiliente. El informe revela que Europa necesitará hasta 33 GW de recursos flexibles adicionales para 2030. Por suerte, el almacenamiento en baterías (BESS) está en auge: su capacidad se triplicó en 2024 con 14 GW instalados, una señal clara de que los inversores están respondiendo a la necesidad de gestionar la volatilidad del mercado, marcada por un número de horas de precios negativos que se triplicó en el último año.

A pesar de este rápido crecimiento, la flexibilidad del lado de la demanda (DSR), que podría desempeñar un papel crucial en la gestión de picos, sigue estando infrautilizada, representando apenas el 3% de la capacidad total de reserva. El sector de la distribución debe acelerar su digitalización y la instalación de contadores inteligentes para aprovechar los 50 GW de potencial de DSR no explotado.

Cuello de botella

El eslabón más débil y, por ende, el cuello de botella más crítico para el futuro digital y energético de Europa, es la infraestructura de red. Para integrar la generación récord, la capacidad de almacenamiento triplicada y la demanda masiva de los centros de datos, indica Eurelectric, la inversión en redes de distribución debe aumentar en al menos un 20% de aquí a 2030. Sin embargo, la inversión solo creció un magro 3% en 2024 y las consecuencias ya son palpables: los retrasos en las conexiones a la red para nuevos proyectos limpios, ya sean solares o de almacenamiento, aumentaron un 40% en 2024.

Las inversiones en infraestructuras de red impulsan el aumento del gasto de las eléctricas estadounidenses en las dos últimas décadas
El gasto anual de las principales empresas eléctricas para producir y suministrar electricidad aumentó un 12%, de 287.000 millones de dólares en 2003 a 320.000 millones en 2023.

A pesar de los progresos, tal y como aparece en el documento, la factura anual de importación de combustibles fósiles de la UE se mantiene por encima de los 400.000 millones de euros, con un leve aumento en las importaciones de petróleo. Solo acelerando la electrificación en el transporte (lo que podría ahorrar 100.000 millones de euros en importaciones de petróleo) y en la calefacción (40.000 millones de euros en gas) se podría aliviar esta dependencia.

La estabilización de los precios mayoristas, que cayeron un 25% en 2024 gracias a las renovables, ofrece un respiro, pero los consumidores finales se ven castigados por las tarifas de red e impuestos, que representan hasta el 35% del precio minorista. Este desequilibrio fiscal desalienta la adopción de tecnologías esenciales como las bombas de calor, que son clave para la seguridad energética.

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2 comentarios

  • Iases

    Iases

    29/09/2025

    Si quieren alimentar esos centros de datos con nuclear espero que tengan paciencia y no tengan prisa ya que un reactor nuclear necesita 30 años en europa entre planificación y construcción para ponerse en marcha y no es nada barato
  • CIR

    CIR

    01/10/2025

    "Alemania sigue los pasos de Suecia y da marcha atrás en su estrategia antinuclear
    Se ha visto golpeado por los precios de la electricidad más altos de Europa
    Ha autorizado a sus industrias a usar hidrógeno rosa, es decir, procedente de la nuclear francesa"

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