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La financiación climática, piedra angular de la COP28

La financiación climática mantiene la senda alcista, aunque hay que elevar significativamente los esfuerzos en adaptación.

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La financiación será piedra angular de la Cumbre del Clima de Dubái, COP28, que podría elevar la meta de trasvase de fondos desde los países ricos a los países en vías de desarrollo para acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, ahora fijado en 100.000 millones dólares al año.

Además, las partes deberán cerrar los detalles del fondo de Pérdidas y Daños, cuya creación se acordó en la cubre de Egipto (COP27), y avanzar en el desarrollo de los mercados de carbono, vía alternativa de financiación climática prevista en el Acuerdo de París para lograr contener el calentamiento global.

A pocos días del comienzo de la cumbre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anunció que el objetivo de movilizar 100.000 millones para ayudar a los países más pobres a afrontar la crisis climática para el periodo 2020-2025 "probablemente" se alcanzó en 2022, dos años más tarde de lo comprometido inicialmente.

Ese objetivo se estableció en la cumbre de Copenhague de 2009, tras la que se creó el Fondo Verde para el Clima (el mayor vehículo inversor climático del mundo y dependiente de la ONU), y su cumplimiento es supervisado por la OCDE.

Adaptación y capital privado, en el punto de mira

Recientemente, el presidente del organismo, Mathias Cormann, ha advertido de que aunque la financiación climática mantiene la senda alcista, hay que elevar significativamente los esfuerzos en adaptación, que en 2021 movió un 14 % menos de fondos frente a 2020, así como para atraer financiación privada.

Según los datos de la OCDE, en 2021, la financiación climática sumó 89.600 millones de dólares, de los que 73.100 millones procedieron de fuentes públicas, que duplicaron su aportación, mientras que el capital privado contribuyó sólo con 14.400 millones, el 16 % del total.

En la captación y reparto de fondos, cobran especial relevancia los bancos multilaterales de desarrollo, a los que el presidente de la COP28, Sultán Al Yaber, ha reclamado que trabajen sobre plataformas nacionales, revisen al alza sus objetivos de financiación climática, en particular en adaptación, y reduzcan el riesgo para el sector privado.

La OCDE afirma que el objetivo de 100.000 millones de dólares para el clima se logró en 2022
El objetivo de que los países ricos aporten 100.000 millones para que las naciones pobres se adapten a la crisis climática se logró en 2022.

Aumentar en adaptación

La financiación para la adaptación es esencial para crear resiliencia y la financiación privada es fundamental para cerrar la brecha de financiación de las inversiones en acción climática, en particular en sistemas de energía limpia, agricultura, silvicultura, uso de la tierra, adaptación y resiliencia, según Cormann.

La octava edición del informe sobre la brecha en adaptación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), señala que los países ricos deberían multiplicar entre 10 y 18 veces los fondos para cubrir las necesidades de adaptación de los países pobres frente a los devastadores efectos de la crisis climática.

Los costes de adaptación de esos países, calcula el Pnuma, están entre 215.000 millones y 387.000 millones de dólares al año, mientras que en la cumbre de Glasgow (COP26) se fijó el objetivo de movilizar 40.000 millones a 2025.

Por otra parte, la COP28 deberá avanzar en el desarrollo de los mercados de carbono ideados para que los países puedan cumplir con sus compromisos para abordar la emergencia climática mediante la compraventa de créditos de carbono generados por programas de mitigación en terceras naciones.

Entre las prioridades, dotar a estos mercados de sistemas de garantía y evitar la doble contabilidad por naciones de los proyectos.

Pérdidas y daños: ¿quién paga?

La COP28 también deberá refrendar la puesta en marcha del fondo de pérdidas y daños, reivindicado durante décadas por los países del Sur Global y que el comité transicional creado para darle forma ha propuesto que se aloje en el Banco Mundial, al menos durante los próximos 4 años, pese a la oposición de sus potenciales beneficiarios.

El objetivo, ayudar a los países en desarrollo por las pérdidas y daños sufridos en su territorio por los fenómenos adversos provocados por el cambio climático, al que apenas han contribuido.

Entre los puntos más polémicos que deberán cerrarse, destaca decidir qué países deberán hacer aportaciones. La Unión Europea y Estados Unidos defienden que se incluya a países que hace 30 años eran considerados "en desarrollo" pero que ahora son potencias económicas, como China.

Por otra parte, está previsto que durante la cumbre se presenten las conclusiones del informe encargado por las presidencias de la COP27 y la COP28 para hacer balance de la brecha de financiación climática y determinar acciones críticas para movilizar la inversión necesaria para cumplir el Acuerdo de París.

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