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La flexibilidad, la palanca de cambio que debe incluirse en la nueva regulación del mercado eléctrico

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Las políticas que se están llevando a cabo en los países de la Unión Europea no son suficientes para cumplir los objetivos alcanzados en el Acuerdo de París y, de hecho, no servirán para que se alcance la deseada transición energética. Al menos eso es lo que refleja el documento elaborado por Eaton, empresa especializada en gestión de energía, y la Asociación de Energías Renovables de Reino Unido (REA), “Desarrollo de la flexibilidad: nueva piedra angular de la red eléctrica".

Según el informe, se necesitan medidas que den seguridad regulatoria para estimular la inversión privada en las llamadas tecnologías de flexibilidad, innovaciones que permitan el desarrollo de infraestructuras inteligentes, el despliegue masivo de generación distribuida, el almacenamiento de energía en todo tipo de escalas y una gestión óptima de la demanda.

Además, para evitar un mayor coste del sistema, la flexibilidad debe convertirse en la nueva piedra angular de la red. Las tecnologías y los modelos de negocio que promueven esta realidad pueden ayudar a suavizar la fluctuación que se produce en los picos de demanda con los picos en el suministro de energía eólica y solar.

Y como las regulaciones de la red y del mercado eléctrico actuales no son capaces de responder a estas demandas, el informe señala que a día de hoy los requisitos de acceso al mercado favorecen a las grandes centrales de combustibles fósiles y centrales nucleares, y por tanto, se ralentiza el desarrollo de la transición energética.

Por eso, se proponen varias medidas que se pueden poner en marcha de manera inmediata y con efectos directos en el funcionamiento del mercado:

  • Mercados de flexibilidad débiles o inexistentes: los mercados de flexibilidad profunda y líquida son un requisito previo esencial para brindar seguridad a los inversores sobre su liquidez. A nivel europeo, en los países en los que existen este tipo de mercados se tiende a proporcionar visibilidad a corto plazo, un error que no hace más que poner freno a la transición energética. Sobre esto, la reforma es necesaria para proporcionar una liquidez predecible en el largo plazo, por ejemplo, a través de una combinación de contratos plurianuales y subastas anuales que se garantizarán durante varios años.

  • Acceso desigual a servicios auxiliares y mercados de capacidad: cada vez más, la electricidad está siendo suministrada y administrada mediante tecnologías innovadoras - desde energía eólica y solar descentralizada, y hasta baterías y cargadores inteligentes de vehículos eléctricos (VE) - que trabajan junto con plantas eléctricas centralizadas. Todos estos recursos deben competir en igualdad de condiciones, incluso en mercados equilibrados. La regulación actual de la red eléctrica en la mayoría de los países europeos favorece los activos de generación centralizada, dificultando que toda la tecnología de flexibilidad compita en las mismas condiciones, más aún si se trata de una empresa pequeña.

  • Necesidad de cargadores de VE inteligentes y bidireccionales: los cargadores de vehículos eléctricos inteligentes serán esenciales para integrar las energías renovables al cambiar la demanda máxima a los momentos de mayor suministro. La carga inteligente también reduciría el coste del sistema derivado de añadir nuevos VE, por ejemplo, evitando la necesidad de actualizaciones locales de la red, y la capacidad de generación de nueva creación para satisfacer la mayor demanda de electricidad relacionada con estos vehículos. Sin embargo, la actual regulación europea se centra en la cantidad de cargadores, en lugar de en su flexibilidad: no hay ningún requisito para que la carga de VE sea "inteligente".

  • Necesidad de medidores inteligentes y precios dinámicos para el consumidor: las tarifas dinámicas ofrecen incentivos financieros para que los consumidores adapten su consumo y su gasto en función del mercado. De esta manera, países y compañías pueden rastrear los precios de la energía y asesorar con tiempo a los clientes para que tengan en cuenta precios y consumos durante picos de demanda, mejorando así la gestión. En España, por ejemplo, acompañar esta medida con un sistema de autoconsumo permitiría a las personas ahorrar a la par que cambian su modelo de abastecimiento hacia uno basado en energías renovables.

En definitiva, poner fin a la incertidumbre normativa, con objetivos claros a medio plazo y una hoja de ruta para llegar allí. Y no todos los países europeos están poniendo freno a la transición energética.

El modelo a seguir: los países nórdicos

Los países nórdicos, según EATON y REA, están haciendo los deberes a tiempo. "Mientras el régimen regulatorio está en un estado de cambio, la inversión a gran escala se retrasará. En Gran Bretaña, Francia y Alemania, vemos historias casi idénticas, en las que no está claro el argumento comercial de los activos de flexibilidad, incluido el almacenamiento de la batería", mientras que "el mercado nórdico se ha beneficiado de un entorno regulatorio muy estable y beneficioso con una introducción cuidadosa de las nuevas reglas".

Durante algún tiempo, estos países han disfrutado de múltiples y transparentes mecanismos de mercado con diferentes horizontes temporales en los que todos los futuros de energía, productos físicos (Nord Pool Elspot y Elbas) y servicios auxiliares se negocian o contratan abiertamente, dice el informe. Esto garantiza el acceso al mercado y facilita la recopilación de datos, lo que contribuye a la credibilidad de las proyecciones de ingresos.

También hay un umbral bajo para participar en las ofertas de Regulación de Frecuencia (FR) para ayudar con la estabilidad de la red, con un punto de precio diferente por kW para instalaciones grandes y pequeñas. Esto es importante ya que crea un mercado líquido para la capacidad de almacenamiento detrás del medidor, donde es más eficiente para la economía, ya que es donde se puede "apilar" la mayor cantidad de servicios para mejorar el valor económico de esos activos.

"Nos gustaría ver este modelo replicado en otro lugar, e idealmente ir más allá para fomentar un mercado de flexibilidad con productos estándar, duraciones y futuros", señalan los autores, "de lo contrario, un sistema balcanizado significará que los operadores que intentan obtener flexibilidad para reafirmar la entrega renovable variable, reducir la carga pico de la red o evitar cargos por desequilibrio, incurrirán en altos costos transaccionales para encontrar flexibilidad en lugar de simplemente comprar en el mercado".

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