Desde tiempos inmemorables, la industria española siempre se ha quejado de los altos precios de la energía en España frente a otros países del entorno como puedan ser Alemania o Francia. Estos costes energéticos han dificultado su desarrollo en España y han puesto en dificultades a muchas plantas industriales.
Pero lo que está viviendo actualmente la industria española no tiene nombre. Es un auténtico infierno. "La situación es alarmante", asegura Fernando Soto, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE). Y es que los precios desorbitados de la luz y el gas en los mercados imposibilita la producción por parte de las plantas españolas.
"Tal es la situación que si no se consigue antes de final de año una medida extraordinaria para contener los precios, la industria se verá abocada a cierres temporales de sus plantas con lo que ello conlleva, parón económico y desempleo", afirma Soto.
El diferencial entre lo que pagan los consumidores industriales en España frente a Francia o Alemania ha ido in crescendo durante esta crisis de precios. Según los datos de AEGE, para la industria electrointensiva española, considerando las medidas aprobadas en su Estatuto, se estima un precio a fin de año en España de 123,94 €/MWh, más del doble que el precio francés, que es de 49,93 €/MWh, y más de 38 €/MWh que el alemán, que es de 85,58 €/MWh.
Estos costes han encendido las alarmas a la industria, que a principio de semana, se reunieron con el Gobierno. En dicha reunión pudieron explicarle su crítica situación a la vicepresidenta Ribera que les trasladó cómo estaban las negociaciones en la Unión Europea para atajar estos altos precios.
El Gobierno está tratando de defender una acción conjunta de toda la Unión Europea para cambiar el actual modelo de mercado eléctrico además de apostar por una nueva estrategia frente al gas con una compra conjunta a mejores precios.
Las empresas de AEGE y otras industrias están viendo cómo las eléctricas les quieren cambiar los contratos actuales por los altos precios en los mercados. La situación es insostenible para ambos, unos por el coste que supone producir que es inviable, y las otras por los recortes de sus ingresos por los altos precios del gas.
Es por ello, que la industria se ve entre la espada y la pared, sin poder hacer gran cosa. Su única solución pasa por parar las plantas, algo que ya está sucediendo en algunas fábricas españolas. Pero si no se consigue alguna medida extraordinaria, las paradas se convertirán en cierres temporales, despidos por nula producción y una crisis que se puede extender a todo el continente europeo.
Ya se están viendo en Europa a algunas plantas parar por los altos precios de la energía, y "en España no habrá más remedio". Ya no se trata de una amenaza, es la realidad pura y dura. Está en juego el futuro de muchas familias españolas. O llega una solución, o España volverá a entrar en crisis.
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