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La jugada maestra del PSOE para controlar el CSN y cerrar las nucleares sin problemas

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El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) va a entrar, en este último trimestre del año, en una recta final que se prevé 'movidita'. No solo por los cambios anunciados por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en política energética (paralización del ATC, cierre de centrales...), sino por la renovación de los miembros del Pleno del CSN.

Y es que el próximo 28 de diciembre finaliza el mandato del presidente, Fernando Marti, y del consejero Jorge Fabra, que ocupa el puesto dejado por Cristina Narbona tras su dimisión hace casi año y medio. Poco después, el 22 de febrero, les tocará el turno a Fernando Castelló y a Rosario Velasco.

"La Ley 15/1980, de 22 de abril, de creación del Consejo de Seguridad Nuclear, dice claramente cómo se eligen los consejeros para formar parte del Pleno del CSN", explican fuentes del organismo regulador, "y en el caso de que cualquiera de ellos fueran a repetir en el cargo por otros seis años, sería siempre una decisión del Gobierno a propuesta del Ministerio de Transición Ecológica, a excepción de Jorge Fabra que en febrero de 2019 deberá dejar su puesto sí o sí al contar ya con la edad de 70 años".

El artículo 5 de la citada ley dice que "serán nombrados por el Gobierno, a propuesta del Ministro [...], previa comparecencia de la persona propuesta para el cargo ante la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados, en los términos que prevea el Reglamento del Congreso".

Una vez presentados los candidatos, "el Congreso, a través de la Comisión competente y por acuerdo de los tres quintos de sus miembros, manifestará su aceptación o veto razonado en el plazo de un mes natural a contar desde la recepción de la correspondiente comunicación".

"Si no hay acuerdo entre los grupos parlamentarios después de un mes, tal y como dice la ley, 'sin manifestación expresa del Congreso, se entenderán aceptados los correspondientes nombramientos', es decir, serán los propuestos por el actual Ejecutivo los que finalmente se nombren" explican las mismas fuentes.

Esta normativa choca con la tardanza en nombrar a Jorge Fabra como miembro del Consejo de Seguridad Nuclear. Desde que Cristina Narbona dimitió hasta que tomó posesión de su cargo, pasaron casi ocho meses, y no el plazo de un mes natural como dicta la ley, "toda una anomalía que solo tiene explicación visto cómo funcionaba el anterior Gobierno".

Lo que va a ocurrir entre finales de este año y principios de 2019 es el final del mandato de cuatro consejeros de un total de cinco, pero "mientras se decide quiénes sustituirán a los anteriores, no hay un vacío de poder en el CSN", añaden las fuentes, " a los actuales se les prolonga el mandato hasta el nombramiento de los siguientes".

Y es que no parece fácil la designación de los nuevos integrantes del Pleno en el organismo encargado de la seguridad nuclear. De hecho, la fragmentación del Parlamento es una de las bazas con las que podría jugar el Gobierno de Pedro Sánchez para decidir quiénes estarán al mando del CSN para los próximos seis años, lo que le facilitaría sus planes para cerrar las centrales nucleares al finalizar su vida útil, al necesitar los informes favorables del organismo regulador.

La mayoría de 3/5 solo se podría obtener si el PSOE se pone de acuerdo con el PP, o si C's apoyara las propuestas de PSOE y Unidos Podemos (junto con los grupos minoritarios).

"Por el momento el PSOE no tiene intención de buscar un acuerdo con PP para la renovación del Pleno después de las críticas que ha hecho sobre la actuación del CSN en los últimos años, pero poner de acuerdo al resto de grupos parlamentarios se presenta complicada, así que si en un mes no hay consenso entre las 3/5 partes de los diputados, será el Gobierno quien tomará esa decisión", concluyen las fuentes.

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