El pasado viernes el Ministerio para la Transición Ecológica presentó en la sede de Economía, donde se encuentra la Secretaría de Estado de Energía, la nueva Planificación Energética a 2030 en el que se tirará la casa por la ventana con el objetivo de reindustrializar España.
Una reindustrialización que quiere ir de la mano de la electrificación y para ello necesita desatascar la actual situación de las redes eléctricas españolas, en pleno colapso.
Unos días antes, las distribuidoras dieron a conocer los mapas de las redes eléctricas en el que aseguraban que el 84% de los nudos para demanda estaban ya ocupados y que por tanto tenían que estar diciéndoles a los proyectos que quieren conectarse a la red que no pueden.
Pero la situación no es tan mala. Se presenta una oportunidad para muchos y sería por fin éxito como país poder aprovechar la ventaja competitiva que nos ofrecen las renovables.
La propuesta de planificación plantea atender 27,7 GW desde la red de transporte, lo que implica multiplicar por 14 los 2 GW de la vigente Planificación con horizonte 2026. Este fuerte crecimiento también se produce en la red de distribución, con 5,3 GW, y por eso la propuesta plantea 422 ampliaciones de conexión (142 en la red de transporte para nuevos consumidores, 84 para agentes especiales, como Adif y puertos, y 196 apoyos a la red de distribución), repartidos de la siguiente forma:
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9 GW para proyectos industriales.
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1,8 GW para desarrollos residenciales y nuevas viviendas.
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560 MW para electrificación ferroviaria.
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1,2 GW para electrificación portuaria, que permitan prácticas como abastecer las necesidades de las embarcaciones desde tierra.
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13,1 GW para producción de hidrógeno verde.
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3,8 GW para centros de procesamiento de datos.
Además, se prevé una inversión de 13.590 millones, muy superior a la vigente Planificación 2021-2026, cuya inversión asciende a 8.203 millones, incluyendo las dos modificaciones puntuales que ha experimentado.
Mayor límite de inversión
Para ello, el Gobierno cree que es necesario que las eléctricas inviertan más y por eso incrementa el límite de inversión, con lo que ello supondrá para los consumidores. Si queremos reindustrializar el país habrá que pagarlo de alguna manera. El problema viene aquí, ¿quién va a pagar toda esta fiesta? ¿Las eléctricas? ¿Las industrias? ¿El consumidor doméstico? Hagan sus apuestas.
Todo ello que pinta muy bonito (algunos hablaban en la presentación de que la música parece que suena muy bien pero hay que conocer en profundidad la letra) necesita de que vaya acompañado de una buena retribución, de una señal acorde con los tiempos que vienen. Y en estos momentos, la propuesta de la CNMC no es suficiente para abordar todo el plan de elctrificación que quiere llevar al Gobierno.
Prácticamente lo que dice la CNMC es que no va a dar más dinero a las distribuidoras y claro, con la actual situación inflacionista las cuentas no salen, la rentabilidad se diluye y hace que las redes españolas se queden sin las inversiones tan necesarias.
La CNMC ofrece una tasa de retribución financiera del 6,5%, que se sitúa por debajo de otros estándares europeos, por lo que las redes españolas jugarían en desventaja a la hora de dar soluciones a las industrias.
Por ejemplo, y que se pueda entender, España necesita igualarse ya que su diferencial respecto a la tasa libre de riesgo se queda sólo en 320 puntos básicos cuando la media europea se encuentra en los 450 puntos básicos.
De esta manera, para poder competir de tú a tú, sería necesario que la tasa de la CNMC se incremente hasta el 7,5%, tal y como han solicitado las eléctricas españolas.
Pero, ¿y ahora qué? El siguiente paso lo tiene que dar el Ministerio y no tardará en hacerlo. El equipo de Sara Aagesen se tiene que pronunciar sobre la propuesta de la tasa de retribución a las redes de la CNMC. Si le parece acorde o no a las recomendaciones de política energética.
Viendo el actual panorama de inversiones necesarias para cumplir la nueva Planificación a 2030 sería más que necesario que el Ministerio llamase a la CNMC para sentarse y ver juntos una solución que encaje a todos, incluidos los consumidores, que al fin y al cabo, son los que pagan toda esta fiesta.
Probablemente habría que encontrar una solución para que quienes se quieran enganchar a nuestra red sean los encargados de pagar la mayoría, que para eso vienen a hacer negocio.
Toca apechugar. Hemos tenido la mejor red del mundo hasta ahora, y si queremos seguir teniéndola tocará volver a rascarse el bolsillo. Entre esto y otras medidas como el mercado de capacidad se espera para 2026 una subida interesante de las tarifas de la luz. A lo mejor hay que volver a tocar la fiscalidad, pero a la baja.
Frank
16/09/2025