Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Así están en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El problema que tiene el cártel de los cárteles es que cada país miembro se convierte en portavoz y ya no tienen una única voz, aunque de vez en cuando lo consiguen.
Esta semana cada vez que un miembro decía una cosa, otro decía lo contrario, y así no hay quien entienda ni sepa nada de lo que realmente sucede en el mercado petrolero.
Hay voces que dicen que el pacto entre productores OPEP y no OPEP está cada vez más cerca. Léase Venezuela. Otros afirman lo contrario.
Un día el secretario general de la OPEP, Barkindo dice que en la próxima reunión de Argel no se va a decidir nada y este martes el ministro argelino de Energía, Nureddín Buterfa, ha anunciado que los participantes en la reunión informal tratarán la posibilidad de congelar la producción. ¿En qué quedamos?
A todo esto, existe una guerra interna por mantener la producción. La llegada de Irán ha dejado a Arabia Saudí un poco en fuera de juego. El mayor exportador de crudo del mundo cree que Irán no está jugando con las cartas sobre la mesa y está produciendo más de lo acordado.
Además, hay que sumar la producción petrolera de EEUU que ha descolocado a la OPEP al producir más crudo de lo que se preveía. Y así es muy complicado que el cártel pueda tomar una decisión.
El mercado lleva dos años viviendo en un auténtico tobogán. La no toma de decisiones crea una incertidumbre de la que el sector no escapa.
Cada vez se invierte menos dinero en petróleo (ha caído en 2016 un 22%) y los países de la OPEP sufren los precios del crudo que son incapaces de superar con garantías los 50 dólares.
Pero haber petróleo haylo que diría uno. Cada vez más mientras no remonte la demanda. Buena parte de esta culpa la tiene China, pero hay previsiones de que el consumo de petróleo crezca en los próximos años.
Esa sería una señal inequívoca de que la economía mundial tira hacia adelante pero los intereses de unos y otros de momento tienen sentidos opuestos, y así es imposible que el sector petrolero remonte el vuelo.
A lo mejor es el momento de reestructurarse y buscar alternativas al negocio del petróleo, porque a lo mejor el mundo ya no será como antes. O sí. Para saberlo tendremos que esperar a que la OPEP mueva pieza. Y así llevamos año y medio.
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