Desafiadas por la variante ómicron del coronavirus y la decisión de EE. UU. de liberar parte de sus reservas estratégicas de crudo, la alianza de productores de petróleo OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, debe pactar esta semana cuál será el nivel de su bombeo a partir de enero.
La decisión debería ser adoptada el próximo jueves, en una teleconferencia ministerial de los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez productores independientes aliados.
El encuentro estará precedido por dos comités internos, uno técnico (el miércoles) y otro a nivel de ministros.
Los participantes en los debates calibrarán cuál será el impacto de una expansión de la cepa ómicron en la demanda petrolera mundial.
Por otra parte, analizarán qué efecto tendrá sobre la oferta la liberación de parte de las reservas estratégicas de crudo en EE. UU. y otros importantes países consumidores.
La cuestión es si en las condiciones actuales la OPEP+ seguirá adelante con su plan en marcha desde agosto, de aumentar la producción de crudo de forma gradual, a razón de 400.000 barriles diarios cada mes, hasta septiembre próximo.
El grupo prevé devolver así al mercado en 2022 un total de 3,8 millones de barriles diarios (mbd) que aún mantiene bajo tierra, del gran recorte de producción (de 9,7 mbd) acordado en abril de 2020 para compensar el desplome histórico de la demanda, desencadenado por la crisis del coronavirus.
Tanto el consumo como el valor del crudo se recuperaron en la segunda mitad de 2021, impulsando una creciente inflación, por la que Washington lleva meses presionando sobre la OPEP para que abra más los grifos, sin éxito hasta ahora.
La alianza petrolera desoye esas peticiones a pesar de que los "petroprecios" subieron este año por encima del 70 % y llegaron a superar los 85 dólares por barril.
Como reacción, el presidente de EE. UU., Joe Biden, anunció la mayor reducción de las Reservas Estratégicas de Petróleo de su país hasta la fecha, de 50 millones de barriles.
Esos volúmenes se ofrecerán como parte de una inusual alianza coordinada con China, India, Japón, Corea del Sur y el Reino Unido, para moderar el precio del petróleo.
"Esta semana lanzamos un gran esfuerzo para moderar el precio del petróleo, un esfuerzo que se expandirá por todo el globo y al final alcanzará su gasolinera. Tomará su tiempo pero al final usted debería ver bajar el precio de la gasolina en los lugares donde llena su depósito", aseguró Biden en un mensaje de Twitter este sábado.
Para la analista Louise Dickson, de la asesoría Rystad Energy, la acción "supone la aparición oficial de una 'anti-OPEP+', un grupo de países con gran consumo de crudo que toman la dinámica del lado de la oferta por su propia mano".
Inmediatamente surgieron especulaciones sobre la posibilidad de que la OPEP+ tema que la medida impulsada por Biden desencadene un exceso de suministros y reaccione suspendiendo los próximos aumentos de su oferta que tiene planificados.
En medio de estas tensiones, los precios se desplomaron el viernes después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificara la nueva cepa del coronavirus, conocida como ómicron, como "variante de riesgo" y "preocupante".
Mientras se estudia si debido a sus múltiples mutaciones escapa a la protección inmunológica de las vacunas, muchos países han introducido ya restricciones de viaje y suspendido vuelos procedentes de varias naciones de África austral.
Estas medidas han avivado los temores a que un repunte de la pandemia afecte los traslados y frene nuevamente el consumo de combustibles.
El precio del barril de petróleo Brent se hundió un 12,46 % en Londres, al terminar el viernes en 72,72 dólares, 10,25 dólares menos que al cierre del jueves, mientras que el del petróleo intermedio de Texas (WTI) quedó en 68,15 dólares, acusando la mayor caída del año en un día, del 13,06 %.
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