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El término histórico se usa hoy en día con demasiada frecuencia. Todo parece adquirir la dimensión de momento único, clave… Histórico (con mayúsculas). Hoy en día, sin embargo, estamos inmersos en un período que puede tener esa cualidad de acontecimiento, el de la lucha contra el cambio climático y la transformación energética del mundo hacia la electricidad.

En 1881 Nueva York y Londres asistieron al inicio de uno de esos momentos históricos: la puesta en marcha de las primeras centrales de generación eléctrica. Un año después, los primeros motores eléctricos empezaron a impulsar los engranajes mecánicos de las fábricas. Aquella primera electrificación supuso un decisivo incremento de la capacidad, de la eficiencia y de la productividad de la economía. El mundo cambió, los trabajadores cambiaron, la vida en los hogares mejoró, las ciudades se iluminaron y las industrias se hicieron más respirables y eficientes.

Hoy, 150 años después, la energía eléctrica vuelve a estar en el centro de algo incluso más grande, decisivo y urgente: la descarbonización del planeta. Como vector energético clave de una transición energética que incrementa la generación mediante fuentes renovables de distinto tipo.

Los procesos de transición energética no son extraños en la historia de las sociedades. En el pasado hemos asistido a grandes cambios como el de la madera al carbón, o el del carbón al petróleo o el gas. En estas transiciones primó la eficiencia, la relación precio/capacidad energética.

Capacidad de descarbonización

Pero a esas consideraciones se suma esta vez una más urgente y relevante, como es protegernos del calentamiento climático, ralentizarlo y detenerlo. A la búsqueda continua de fuentes de energía eficientes se une la necesidad de que sean baratas, limpias y renovables. Una energía que no comprometa el progreso y el bienestar de la actual generación, sino que lo mejore e impulse el de las generaciones venideras.

Y de entre todas las alternativas a nuestra disposición, la electricidad ha demostrado ser la que mayor capacidad de descarbonización tiene, y la que más altos niveles de eficiencia energética es capaz de conseguir, a un precio cada vez más bajo. En la última década, el coste de las tecnologías de generación de electricidad a partir de energías renovables ha experimentado una caída exponencial.

Este ritmo de creciente eficiencia a menor coste es fundamental para la rápida penetración del componente eléctrico en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Porque el momento reclama urgencia. La electrificación no es solo económicamente rentable y energéticamente eficiente, es también urgente. Y requiere de un impulso social, político y económico suficiente que ponga la electrificación como prioridad en cualquier hogar, comunidad de vecinos, pueblo, ciudad o país. Un impulso sostenido que no se vea ralentizado por cuestiones coyunturales o políticas.

Más renovables

Acelerar el despliegue renovable es prioritario, potenciando su cadena de valor industrial y tecnológica, aplicando medidas que fomenten el incremento de la demanda, y trabajando para corregir los actuales desequilibrios de precios, entre otros.

Cuando hablamos de la electrificación de la sociedad no hablamos simplemente de cambiar un motor de combustión o una caldera de gas por otros elementos impulsados por energía eléctrica de origen renovable. Estamos hablando de una transformación de dimensiones que seguramente irán mucho más allá de lo que ahora podemos imaginar o prever.

El objetivo de cero emisiones no es el único gran beneficio que nos espera al final del proceso de electrificación. Están surgiendo nuevas y desconocidas oportunidades de desarrollo industrial, de conocimiento y de empleo en una gran variedad de sectores, no solo el puramente energético. Y junto a esos beneficios económicos y medioambientales veremos,  con toda seguridad, cambios sociales de verdadero calado. Una cotidianidad diferente, más limpia y con mayor confianza en el futuro.

Guillermo Amann es portavoz del Foro para la Electrificación

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Un comentario

  • galan

    galan

    21/06/2024

    Enhorabuena por el articulo.
    Sin duda da un relato, exacto de como se desarrolla la tecnologia a lo largo de la historia del ser humano. En particular la electricidad,

    Yo tambien creo que la electricidad, es el mas importante descubrimiento-invento, que a conseguido el ser humano.
    No hay actualmente, otro tipo de energia mas eficiente que la electricidad.

    Creo que la electricidad, al no tener rival, terminara dentro de poco, moviendolo todo.
    Una electricidad, renovable, "sin parangón" en la historia de los descubrimientos del hombre.

    El articulo dice algo en lo que yo creo firmemente:
    Junto a esos beneficios económicos y medioambientales veremos, con toda seguridad, cambios sociales de verdadero calado. Una cotidianidad diferente, más limpia y con mayor confianza en el futuro.

    Yo siempre pongo mi ejemplo, pues aun teniendo hace ocho años, coche electrico, paneles en el tejado dos años, y actualmente también batería, sigo asombrándome, de tener electricidad, gratis, producida en mi propia casa, para mi uso.
    Hay veces que incluso no me lo creo. pues esto hace esos ocho años, era impensable.

    No me cabe la menor duda que en el futuro, esta electricidad, barata y fácil de producir, se extendera a todas las personas, pudientes o menos pudientes.
    Por sus características técnicas, llegara a todo el mundo.
    Esto creara, como dice el articulo, cambios sociales de verdadero calado y una cotidianidad diferente,

    Lo dicho un relato real de la electricidad a lo largo de la historia.

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