Chesapeake Energy, la que fuera segunda productora de gas natural de Estados Unidos y pionera en la revolución del 'fracking' o fracturación hidráulica, se ha acogido a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras con el objetivo de reestructurar su deuda, que ascendía a 9.000 millones de dólares (7.998 millones de euros), convirtiéndose en la mayor víctima estadounidense del desplome de los precios de la energía.
"Chesapeake pretende emplear el procedimiento para fortalecer su balance y reestructurar sus obligaciones contractuales heredadas para lograr una estructura de capital más sostenible", indicó la compañía, que planea eliminar unos 7.000 millones de dólares (6.220 millones de euros) de deuda.
En este sentido, la empresa informó de que ha alcanzado un acuerdo sobre la reestructuración de su deuda con la mayor parte de los acreedores y se ha asegurado un crédito de 925 millones de dólares (822 millones de euros) para seguir adelante con sus operaciones.
Fundada en 1989 por Aubrey McClendon y Tom Ward, Chesapeake centró sus exploraciones en las áreas menos explotadas de Oklahoma y mediante el empleo de técnicas no convencionales de perforación para liberar el gas natural, llegando a alcanzar una capitalización de más de 35.000 millones de dólares (31.120 millones de euros) en 2008. El pasado viernes, la capitalización de la compañía rondaba los 116 millones de dólares (103 millones de euros).
"Estamos restableciendo la estructura de capital y los negocios de Chesapeake para abordar nuestras debilidades financieras heredadas y capitalizar nuestras fortalezas operativas", declaró Doug Lawler, presidente y consejero delegado de Chesapeake. "Con el beneficio de una estructura de capital de tamaño apropiado, Chesapeake estará en una posición única de emerger del proceso del Capítulo 11 como una empresa más fuerte y competitiva", añadió.
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