La producción europea de biogás y biometano alcanza los 22.000 millones de metros cúbicos en 2024

La producción europea de biogás y biometano registró un moderado crecimiento en 2024: 22 bcm (millones de metros cúbicos) frente a los 21,7 bcm del año anterior. Son los 27 países de la Unión Europea los que concentran la mayor parte de la generación de estos gases (19 bcm), que alcanzar a cubrir el 6% de la demanda de gas natural de la UE y que representa el equivalente al consumo anual conjunto de Bélgica, Dinamarca e Irlanda. Son datos del informe estadístico anual publicado hoy por la European Biogas Association (EBA), que ofrece una evaluación del mercado actual acompañada de proyecciones sobre su evolución de cara a 2040.

El número de plantas de biogás y biometano en Europa superó a finales de 2024 las 21.000 instalaciones. El segmento del biometano es el que está experimentando un mayor crecimiento. Su producción se situó en los 5,2 bcm (4,3 generados en la UE) durante 2024. A principios de 2025 la capacidad total instalada ya alcanzaba los 7 bcm anuales. El número de plantas operativas en el primer trimestre de 2025 era ya de 1.620 (1.483 en UE). El 86% del total están conectadas a las redes gasistas.

La industria del biometano se ha convertido en un foco de atracción de inversiones. El informe de la Asociación Europea del Biogás recoge inversiones privadas estimadas por valor de 28.400 millones de euros hasta 2030. La expansión del sector quedaría confirmada por la puesta en operación de 900 nuevas plantas en los próximos cinco años.

El informe estadístico de EBA refleja la diversidad de aplicaciones y usos finales del biometano y el biogás: desde la generación de electricidad y calor a los consumos industriales y domésticos. Asimismo, destaca su creciente integración en la movilidad sostenible a través del bio-GNL. Las previsiones es que de aquí a 2028 entren en operación en Europa 153 nuevas plantas de bio-GNL que añadirían una capacidad extra de producción anual de 13.1 TWh, con la previsión de que el 80% sea empleado en el transporte por carretera.

En cuanto a los recursos utilizados para la producción del biometano, la asociación apunta que el 69% del biometano europeo se genera a partir de residuos agrícolas, mientras que una proporción creciente (22%) proviene de la valorización de residuos sólidos urbanos. La circularidad del modelo impulsado por el biometano es subrayada por el volumen de coproductos de los biogases, como el digestato y el bio-CO2, y su creciente contribución a la agricultura sostenible. El volumen del digestato producido en Europa durante 2024 ya permite al sector primario prescindir del 17% de los fertilizantes nitrogenados y el 25 % de los fosfatados.

El informe de la EBA también analiza la creciente expansión geográfica de la producción del biometano. El número de países productores ha alcanzado los 25, con Portugal incorporándose en 2022, Lituania y Ucrania en 2023 y Polonia inyectando sus primeras moléculas en 2025.

El biogás y el biometano ante el desafío de la flexibilidad

En un contexto en el que la Unión Europea consume 332 bcm de gas al año y mantiene una fuerte dependencia exterior –con 273 bcm importados–, el informe subraya la urgencia de impulsar fuentes renovables y locales como el biometano y el biogás. Estas tecnologías no solo permiten reducir la vulnerabilidad ante los mercados energéticos internacionales, sino que también refuerzan la competitividad europea.

A ello se suma un reto adicional: la capacidad de generación eléctrica gestionable en la Unión Europea ha caído de 424 GW en 2012 a unos 380 GW en 2023, precisamente cuando la necesidad de flexibilidad en el sistema es mayor por el crecimiento de energías variables e intermitentes como la eólica y la solar. En este escenario, los biogases se consolidan como una fuente de energía limpia y gestionable, esencial para asegurar el equilibrio de la red eléctrica durante periodos en los que la generación renovable fluctúa o es insuficiente.

De la inversión potencial estimada en producción de biometano, unos 7.500 millones se materializarían en 2025-2026, mientras que otros 17.700 millones se desbloquearían en 2027-2030. Las proyecciones apuntan a esta inversión genere una capacidad adicional de 7,3 bcm de biometano por año, de los cuales 6,7 bcm se espera que estén disponibles en 2030.

La práctica totalidad de los PNIEC actualizados de los Estados miembros mencionan biogás y biometano; 21 países incluyen disposiciones específicas relevantes para el sector, 14 países indican un crecimiento específico para el biometano, mientras que nueve países establecen una proyección específica para el biogás, sumando un total de 25,8 bcm/año de biogás y biometano para 2030, aunque persiste un diferencial con el objetivo de 35 bcm/año señalado en REPowerEU.

En 2040, Europa podría producir 111 bcm de biometano, de los cuales 101 bcm corresponden a la UE-27. Este potencial se compone de 74 bcm provenientes de digestión anaerobia (67% del total) y 37 bcm de gasificación térmica (33% del total). Esto implica incrementos de cinco a siete veces respecto a los niveles actuales.

El marco europeo: retos regulatorios y de seguridad de suministro

EBA destaca que el moderado crecimiento del biogás y el biometano durante 2024 no está acompasado con lo que requiere los objetivos climáticos, industriales y de seguridad del suministro asumidos por Europa. "Los inversores están preparados. La tecnología está disponible. Lo que permanece incierto es el contexto político y regulatorio", señala la Asociación Europea del Biogás, que defiende la necesidad de establecer marcos regulatorios coherentes y predecibles para continuar avanzando hacia los objetivos de descarbonización y seguridad energética. La urgencia de esta demanda, así como de la necesidad de una rápida reconversión de las infraestructuras para integrar un volumen creciente de gases renovables, cobra especial importancia dadas las tensiones del contexto geopolítico y la volatilidad de los mercados energéticos.

La necesidad de mantener y modernizar las redes de transporte y distribución de gas, asegurar una retribución adecuada a las actividades reguladas y reducir las barreras administrativas son elementos críticos para que las inversiones y la innovación puedan desplegar todo el potencial del biometano y el biogás europeo.

España: infraestructura, regulación y papel estratégico en la transición

De acuerdo con los datos compilados por Sedigas, España finalizará el 2025 con 22 plantas de biometano en operación. Según los datos de Enagás GTS, la producción de estas instalaciones durante los últimos 12 meses se situó por encima de los 410 GWh, un 0,12% de la demanda nacional de gas natural. Se trata de una cifra alejada de la capacidad que le atribuyen los análisis de Sedigas y de la Comisión Europea. Según estimaciones de la Asociación Española del Gas, España sería el cuarto país europeo con mayor potencial para la producción de biometano, que podría alcanzar los 163 TWh anuales. EBA sitúa a España en cabeza de la lista de países europeos receptores de inversión privada, con 4.800 millones estimados hasta 2030.

El biometano -una fuente de energía local, renovable y pilar estratégico de un modelo economía circular- no está desplegando su potencial al ritmo que requieren los objetivos climáticos, de seguridad energética y competitividad industrial fijados por la UE. «El problema no es la tecnología, ya madura, como prueba la experiencia europea; tampoco la financiación privada, los promotores no dejan de dar pruebas de su apetito inversor», señala Joan Batalla, presidente de Sedigas. En su opinión, los principales obstáculos están relacionados con la falta de ambición política y la incertidumbre regulatoria: "El sector reivindica que las políticas para el biometano ofrezcan un marco estable a largo plazo para no desincentivar las inversiones, la reducción de los plazos administrativos, la creación de una ventanilla única y la homogeneización de los marcos regulatorios para desbloquear la potencialidad del biometano como pilar estratégico una transición energética que no comprometa la seguridad del suministro y la competitividad industrial".