La reestructuración de Siemens Gamesa, principal causa de la abultada cifra de bajas voluntarias de la compañía

Cuando la dirección de Siemens Gamesa anunció su plan de reestructuración con la propuesta inicial de eliminar 272 puestos de trabajo, una cifra alta para poderla ajustar con los sindicatos en la mesa de negociaciones, poco podía esperar que si se les dejaba vía libre a los trabajadores, habría tantos con intención de irse que no hubiera sido necesaria ni la negociación.

Hasta 256 personas se han apuntado a las bajas incentivadas, prejubilaciones y excedencias, aunque tras la reunión mantenida ayer con los sindicatos, solo cumplen los requisitos 237, incluso menos, porque hay unos cinco o seis trabajadores que han solicitado la baja pero está en discusión si también los cumplen.

"Hay gente que se apuntó fuera de plazo o que no pertenecía a las sociedades que se incluían en las condiciones, pero aún así la cifra es tan alta que con los que se han apuntado a las bajas incentivadas ya se está por debajo de los mínimos que necesita la compañía para cubrir la actividad laboral", explican fuentes conocedoras, "tanto es así, que incluso van a contraofertar a unos diez o doce trabajadores que han solicitado la baja".

Con este ERE, al menos este primer año, la compañía podrá decir que ha saneado sus cuentas, "incluso esto da la oportunidad de que los que se queden puedan promocionar pero por otro lado habría que preguntarse el por qué de esa cifra tan alta".

Según las mismas fuentes, "los trabajadores se van por los cambios que se están produciendo tras la fusión entre Siemens Wind Power y Gamesa, la situación está muy enrarecida, la inseguridad de cómo marcha la compañía no convence y preocupa, y más aún en el sector de mantenimiento, donde la incertidumbre y las condiciones laborales, cada vez peores, están haciendo mella".

En definitiva, se van porque "ha crecido mucho la presión en los últimos meses, al igual que la carga de trabajo, en resumen, porque la situación de este año ha sido bastante dura".

Aún queda por conocer el resultado de la licitación del mantenimiento de los parques eólicos de Iberdrola, aunque "en el caso de que pierda los 900 MW que están aún en el aire, con las bajas incendiadas ya no habría necesidad de reducir más la plantilla".

Alto nivel de cualificación

Entre las bajas incentivadas y las prejubilaciones hay un porcentaje de técnicos de campo, ingenieros pero también directivos. "En este caso, suelen estar dentro de la opción de las prejubilaciones por edad, pero algunos de ellos se han apuntado porque no se estaban habituando al cambio o porque su nivel de inglés no era suficiente, un idioma que con la fusión se utiliza cada vez más en la compañía".

"La salida será escalonada a lo largo de este año, en función de las necesidades de la compañía, pero un porcentaje superior al 30% no va a tener ningún problema en encontrar otro trabajo, hay un alto nivel de cualificación y eso se valora mucho en un sector que ha vuelto a activarse gracias a los 4.500 MW de nueva capacidad eólica que se construirán tras las subastas de este año", concluyen las fuentes, "hay trabajo en España pero también más allá de nuestras fronteras".