La sequía que está viviendo España en los últimos meses puede dejar un 2022 para la historia de la energía procedente de las centrales hidroeléctricas. Según el Boletín Hidrológico Nacional que ofrece el Ministerio para la Transición Ecológica, la situación de los embalses es alarmante, sobre todo cuando se trata de los embalses hidroeléctricos.
A día de hoy, la energía hidroeléctrica calculada, máxima teórica disponible, es actualmente de 8.987 GWh, 32 GWh menos respecto al boletín anterior, que representa el 39,0 % de la capacidad total, el 66,5 % de la disponible hace un año, el 84,5 % de la media de los últimos 5 años y el 76,1 % de la media de los últimos diez años.
Y es que la producción de electricidad a través de estas centrales está por los suelos, y lo seguirá durante varias semanas según los avances meteorológicos. Según datos de REE, a producción hidroeléctrica desde el día primero del año actual hasta el 6 de febrero de 2022 ha sido de 2.610 GWh, que comparada con la del mismo período del año anterior que fue de 5.365 GWh, representa una diferencia de -2.755 GWh, que supone un 51,4 % menos respecto al año anterior. Es decir, se está produciendo la mitad que el año pasado.
Por vertientes, quienes mejor están son los embalses de la Mediterránea, destacando la cuenca andaluza junto al Ebro y el Júcar (+57%). Sin embargo en la vertiente atlántica, el Tajo se encuentra al 23% mientras el Duero ha caído notablemente hasta el 40% cuando suele estar cerca del 60%.
La situación es trágica ya no solo para el campo español, sino para el mercado eléctrico. El hecho de que haya tan poca agua en los embalses hidroeléctricos supondrá semanas sino meses de precios altos. Cuanta menos agua, más capacidad para cubrir las necesidades energéticas tendrán los ciclos combinados incluso el carbón.
Eso hará que el mercado esté en manos de los ciclos combinados a la hora de fijar los precios y se mantengan altos.
El año pasado por estas fechas el precio estaba por los suelos gracias al deshielo que se produjo con las fuertes nevadas de la tormenta Filomena de enero. Gracias a que hubo mucha agua el precio cayó con fuerza, también gracias a la eólica, pero la situación anticiclónica no está ayudando para nada.
Sí mejora la producción solar, pero es insuficiente aún el parque fotovoltaico para tirar los precios. Sin viento ni agua España está abocada a tener precios altos durante las 24 horas. España necesita que llueva de manera urgente.
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