La minera sueca Eurobattery Minerals, a través de su filial gallega Tungsten San Juan, ha iniciado los trabajos para extraer wolframio en A Gudiña (Ourense). La explotación a cielo abierto es ya visible en los primeros movimientos de tierra y en una nave de servicios en la parroquia de Pentes.
La compañía espera generar más de 130 puestos de trabajo -35 empleos directos y más de cien indirectos- cuando esté funcionando a pleno rendimiento.
Los objetivos del proyecto minero, que la compañía considera “ilusionante”, pasan por desarrollar una explotación moderna y sostenible, con todas las garantías medioambientales, que contribuya a la independencia de abastecimiento europeo de este mineral estratégico, que genere actividad económica en el entorno y ayude a frenar el despoblamiento de esta zona de la “España Vaciada”.
A Gudiña, enclave geoestratégico
La puesta en marcha de la mina supone un hito para el sector minero español al ser la segunda explotación activa del país dedicada al wolframio, un metal crítico para la transición energética y tecnológica europea.
En España ya opera la mina de Barruecopardo (Salamanca), mientras que en Castilla-La Mancha, el proyecto El Moto en Abenójar, declarado estratégico por la Unión Europea, cuenta con el respaldo expreso y activo del Gobierno de Castilla-La Mancha, que ha destacado su gran impacto social en la región.
Esta singularidad sitúa a la parroquia de Pentes, en A Gudiña, en una posición estratégica dentro de la cadena de suministro de materias primas críticas en Europa, un contexto marcado por la guerra comercial abierta a nivel internacional y por una alta dependencia de China, que concentra el 80 por ciento de la producción mundial.
Con este proyecto, Galicia se incorpora al reducido grupo de regiones europeas con explotaciones activas de wolframio, y fortalece, así, la autonomía estratégica de Europa frente a la volatilidad de los mercados internacionales y el papel de España como productor de materias primas críticas.
Una década de trabajos previos
La puesta en marcha de la mina culmina un largo y complejo proceso de tramitaciones y trabajos previos, y prácticamente una década de labor técnica y administrativa. Desde 2016, la empresa Tungsten San Juan ha llevado a cabo campañas de investigación geológica, sondeos, estudios de viabilidad y la construcción de accesos e instalaciones auxiliares, además de la adquisición de maquinaria e infraestructuras técnicas adecuadas.
Todo ello se ha desarrollado bajo la supervisión de la Xunta de Galicia, con el cumplimiento más estricto de la normativa medioambiental y de seguridad minera. Este largo proceso “avala”, a juicio de Eurobattery, “la seriedad y la planificación con la que se ha llegado al inicio de los trabajos”.
La compañía Tungsten San Juan ha abonado, además, los impuestos ambientales desde 2017, mantiene contratos a largo plazo con la comunidad local de montes y cuenta con todos los permisos y autorizaciones necesarias para operar, incluidos los concedidos en julio de 2023 para la construcción de la planta de tratamiento. En total, la inversión acumulada desde 2015 se acerca a los dos millones de euros, buena parte de ellos destinados a empresas y proveedores locales.
Compromiso de contratar en el territorio
La compañía mantiene una política activa de compromiso con el territorio, que prioriza el suministro de proximidad y la colaboración con estos proveedores y contratistas del entorno, lo que, además de reducir la huella medioambiental, genera un impacto económico directo en la comarca y fortalece la vinculación con la comunidad.
Esta estrategia busca que el desarrollo de la mina de wolframio no solo refuerce la autonomía europea en materias primas críticas, sino que también contribuya a dinamizar la economía local y a fijar población en el entorno. Como primer paso, Tungsten San Juan ha adjudicado los trabajos iniciales de movimientos de tierra a una empresa de la provincia de Ourense con amplia experiencia en proyectos mineros y los más altos estándares laborales y medioambientales.
Por su parte, Eurobattery desarrolla un modelo de minería “ética y responsable”, alineado con la normativa más exigente de la Unión Europea. Estos principios, que ya aplica en sus operaciones en Finlandia y Suecia, se centran en garantizar el mínimo impacto y la trazabilidad de los minerales, y en fomentar una relación transparente con las comunidades locales.
Para ello, la empresa ha mantenido encuentros con diversos actores locales y regionales, comprometiéndose a que la información sobre la actividad sea clara, accesible y permanente. Este enfoque responde también a una realidad de mercado: cada vez más consumidores -especialmente en segmentos comerciales como el vehículo eléctrico, vinculados a la transición energética- exigen que los productos se fabriquen con materias primas obtenidas de forma ética y sostenible.
Reservas de alta calidad
Los primeros trabajos se vienen centrando en la mejora de infraestructuras y en la retirada de materiales estériles y mineral mediante excavadoras y camiones. La explotación, a cielo abierto, no requiere voladuras gracias a la naturaleza blanda del terreno, lo que reduce el impacto ambiental y simplifica las operaciones. El proyecto contempla una planta piloto con tecnología gravimétrica para la que se ha levantado una nave.
La mina cuenta con reservas probadas de unas 60.000 toneladas de mineral, confirmadas mediante perforaciones de testigo realizadas durante las campañas de investigación previas. La ley media de wolframio (WO₃) es del 1,3 %, un valor elevado que refuerza la viabilidad económica de la explotación y su posición como uno de los yacimientos más relevantes de este tipo en Europa.
El wolframio -también conocido como tungsteno- es un metal crítico para sectores industriales y tecnológicos de alto valor. Su resistencia, densidad y durabilidad lo hacen indispensable en aplicaciones que van desde la metalurgia, la electrónica o la defensa hasta la energía eólica, la solar y la movilidad eléctrica.
Su papel es clave en la transición energética y en el desarrollo de infraestructuras resilientes, lo que explica que la Unión Europea lo haya incluido entre las materias primas estratégicas para reducir la dependencia exterior.
Un equipo con experiencia internacional
El proyecto cuenta con la dirección de Roberto García Martínez, director ejecutivo de Eurobattery Minerals y miembro de su Consejo de Administración desde 2019. Con más de 25 años de experiencia en la industria minera internacional, ha liderado compañías en Europa y África, y cuenta con formación en Derecho, Economía y Psicología Industrial. Su trayectoria combina gestión estratégica y conocimiento técnico, con un enfoque centrado en la minería responsable y en la autonomía europea en materias primas críticas.
La gestión operativa está en manos de Agne Ahlenius, director general de Tungsten San Juan, con más de 35 años de experiencia internacional en operaciones mineras a cielo abierto y subterráneas.
Ahlenius ha ocupado puestos de alta responsabilidad en compañías de referencia y fue CEO de la mina de wolframio de Mina de Barruecopardo, un modelo de minería responsable y sostenible en España que ha sido premiado por su buen funcionamiento. Su profundo conocimiento del sector minero español y europeo refuerza la solidez y la capacidad técnica del proyecto.
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