La transición energética mundial se mantiene sólida a pesar de Estados Unidos

La transición global hacia una energía más limpia sigue siendo sólida, aunque el ritmo de la transición energética en Estados Unidos se ha desacelerado drásticamente debido a recientes reversiones de políticas. Según la novena edición del Energy Transition Outlook de DNV, la desaceleración en EEUU tendrá solo un efecto marginal en el progreso mundial, ya que el impulso continúa creciendo en otras regiones, especialmente en China.

En Estados Unidos, las reversiones de políticas y el renovado apoyo a los combustibles fósiles se espera que retrasen la reducción de emisiones unos cinco años, con proyecciones de emisiones anuales de CO₂ entre 500 y 1.000 millones de toneladas más altas de lo previsto anteriormente.

Mientras tanto, China está estableciendo nuevos récords en el despliegue de energías renovables, representando el 56% de las instalaciones solares fotovoltaicas globales y el 60% de las nuevas adiciones de energía eólica solo en este año. Sus exportaciones de tecnología limpia también continúan impulsando la transición energética a nivel mundial.

Una transición más lenta

DNV pronostica una transición ligeramente más lenta, con un mix energético dividido en un 51%-49% entre combustibles fósiles y no fósiles en 2050. Asimismo, se espera que las emisiones globales de CO₂ en 2050 sean un 4% más altas en comparación con el pronóstico del año pasado.

Remi Eriksen, presidente del Grupo y CEO de DNV dijo: "Es más importante que nunca evaluar la transición energética desde una perspectiva global. La transición energética global no se está estancando: está evolucionando, con el impulso desplazándose hacia regiones que están apostando fuertemente por tecnologías limpias. La seguridad energética se ha convertido en el principal motor de las políticas energéticas y, como muestra nuestro pronóstico, esto en conjunto está acelerando el cambio hacia las energías renovables."

Seguridad energética

El Energy Transition Outlook concluye que el efecto neto de la seguridad energética es la disminución de emisiones. Se estima que las emisiones globales disminuirán entre un 1% y 2% anual gracias a la implementación de políticas de seguridad energética. Por ejemplo, la energía nuclear representará el 9% del suministro eléctrico en 2060. Sin estas políticas, ese porcentaje habría sido un tercio menor. En Europa, se espera que las emisiones sean un 9% más bajas en 2050 gracias a la reducción del uso de combustibles fósiles importados.

Otros hallazgos clave del informe de este año incluyen:

· La inteligencia artificial (IA) está emergiendo como un consumidor energético significativo, aunque se prevé que solo consumirá el 3% de la electricidad mundial en 2040. El consumo energético de los centros de datos se multiplicará por cinco hasta 2040, alcanzando el 5% de toda la electricidad mundial – un 3% será para IA y un 2% para centros de datos de propósito general. Hay grandes variaciones regionales; en América del Norte (EE.UU. y Canadá), la proporción será del 16% de toda la electricidad, con un 12% correspondiente a IA.

· Las emisiones globales de CO₂ se reducirán en un 43% desde hoy hasta 2050, y se espera alcanzar emisiones netas cero después de 2090. El presupuesto de carbono para limitar el calentamiento a 1,5°C se agotará en 2029 y el de 2°C en 2052. Limitar el calentamiento global a 1,5°C sin un sobrepaso temporal ya no es posible.

· La generación eléctrica está creciendo y volviéndose más limpia rápidamente. Se proyecta que la generación global de electricidad aumente en un 120% de aquí a 2060, duplicando su participación en la demanda energética total del 21% actual al 43% en 2060. En 2025 se alcanzó el hito de 50 millones de vehículos eléctricos a batería (BEV). La capacidad solar fotovoltaica global superará los 3000 GW este año, con China instalando más del doble de capacidad que Europa, el segundo mayor instalador.

· La caída en los costos de paneles solares y baterías ha hecho que las soluciones "detrás del contador" (BTM, por sus siglas en inglés) sean atractivas para muchos hogares y empresas. Se espera que estas representen el 30% de toda la energía solar y el 13% de toda la electricidad generada para 2060.

"En varios sectores, el progreso tecnológico y la reducción de costos están impulsando la transición energética, pero en los sectores más difíciles de descarbonizar, se necesita mucha más ayuda política. Aunque las tensiones geopolíticas y las prioridades nacionales añaden complejidad, la dirección global de la transición energética sigue siendo clara", añadió Eriksen.