La Universidad de Harvard ya lleva varios años trabajando en conseguir una solución para manejar las tensiones (bajas y altas) que sufre la red con las renovables. Esa solución pasa por una batería de almacenamiento. Pero no una cualquiera, una que rompa con el mercado, con lo que hay hasta ahora, sobre todo de ion litio.
Se trata de una batería de flujos que es más barata, más adaptable (puede tener varios tamaños) y que está realizada con materiales que se pueden encontrar en cualquier lugar del mundo como son el carbono, el hierro y el potasio. Esta solución sería perfecta para el autoconsumo energético en los hogares.
Las baterías de flujo son una tecnología relativamente nueva y, por decirlo suavemente, su primera generación no cuenta con la mejor selección de materiales. Estas baterías utilizan comúnmente vanadio y bromo disuelto en ácido como electrolitos (líquidos de energía). Aunque eficaz, esta combinación es cara, peligrosa e inclusa tóxica.
Pero la Universidad de Harvard ha conseguido mejorar todos estos aspectos. Gracias a los elementos (carbono, hierro y potasio) que mezcla, sus compuestos no son tóxicos, son resistentes al fuego y en general, son más seguros.
Según el equipo de investigación, la eficiencia actual de la célula supera el 99%, mientras que la eficiencia de ida y vuelta se midió en un 84%. Los datos también sugieren que la batería tendrá una vida útil de por lo menos 1.900 ciclos, que es mucho más que una batería de iones de litio.
El talón de Aquiles de la tecnología parece ser su densidad de energía baja, o la cantidad de energía que puede ser almacenada dentro de la batería por unidad de volumen. Los investigadores lograron 19 Wh por litro en su estudio publicado.
Este gran avance tecnológico podría estar disponible comercialmente en unos tres años.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios