El panorama energético mundial está experimentando una transformación sin precedentes, impulsada por la necesidad de abordar el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. En este escenario, las tecnologías de almacenamiento de energía, particularmente las baterías, están emergiendo como una pieza fundamental para facilitar la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible.
El último análisis de Lazard sobre el Costo Nivelado de la Energía (LCOE) y el Costo Nivelado del Almacenamiento (LCOS) arroja luz sobre esta evolución, destacando el creciente papel de las baterías como tecnología de respaldo competitiva en el mercado energético.
El informe revela que, si bien las tecnologías de energía renovable continúan liderando en términos de LCOE más bajo, las baterías están demostrando una fuerte competitividad en términos de costos de almacenamiento. Esto se evidencia en la disminución significativa del LCOS de sistemas de almacenamiento de energía con baterías (BESS) de gran escala.
Por ejemplo, un sistema BESS de 100 MW a escala de servicios públicos, con una duración de 4 horas, ahora puede tener un LCOS que oscila entre $170/MWh y $296/MWh sin subsidios. Sin embargo, con el apoyo de incentivos fiscales, este rango puede reducirse a tan solo $124/MWh, lo que lo hace altamente competitivo en el mercado. Estas cifras reflejan una disminución significativa en los costos en comparación con años anteriores, lo que demuestra el rápido avance tecnológico y la maduración del mercado de almacenamiento de energía.
Tecnologías
Además de la reducción de costos, el análisis de Lazard resalta la importancia de la innovación continua en tecnología y políticas para impulsar la transición energética. Se requiere un enfoque holístico que fomente el desarrollo de tecnologías avanzadas de almacenamiento de energía y establezca marcos regulatorios favorables para su integración en la red eléctrica.
A pesar de los desafíos persistentes, como la seguridad y la competencia en duraciones más largas, las baterías de iones de litio siguen siendo la opción dominante para aplicaciones de corta duración.
Sin embargo, el informe también destaca el creciente interés en soluciones no basadas en litio para aplicaciones de almacenamiento de energía de larga duración, lo que refleja la necesidad de diversificar las tecnologías disponibles en el mercado y abordar las limitaciones de las baterías tradicionales.
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