Eléctricas

Las centrales nucleares españolas después de Fukushima

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El próximo 11 de marzo se cumplen 5 años del terremoto que asoló Japón (el más grave ocurrido en la historia del país),y del posterior tsunami -con olas de más de 15 metros- que dejó inutilizados los generadores diésel de la central nuclear de Fukushima Daiichi, dificultando así la refrigeración de los reactores y provocando el terrible accidente.

Tras el accidente de Fkushima, la Unión Europea decidió realizar unas pruebas de estrés o de resistencia a los 143 reactores nucleares que operan en la UE.  En España, concretamente, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobó el Plan de Acción Nacional en 2012 y su revisión posterior en 2014.

Desde Foro Nuclear nos señalan que el 80% de este Plan está ya implementado según el calendario establecido y que los resultados de las pruebas, a las que se sometieron las centrales nucleares españolas, mostraron las condiciones de seguridad en las que operan las centrales, la solidez de sus diseños y sus márgenes de seguridad.

Acciones puestas en marcha en el parque nuclear español:

Las centrales nucleares españolas han puesto en marcha  acciones y medidas que pueden dividirse en dos grandes bloques:

1.- Acciones y medidas de protección frente a fenómenos naturales extremos, como inundaciones y efectos sísmicos, completadas prácticamente en un 100%.

2.- Refuerzo de los sistemas de prevención y mitigación, mejorando los existentes y añadiendo equipos portátiles y sistemas de refrigeración adicionales, incluso para las piscinas de combustible gastado, que puedan funcionar en caso de aislamiento eléctrico de las instalaciones. Implantación de un centro común de apoyo exterior en emergencias (CAE) y de un centro de apoyo para la gestión de emergencias en cada emplazamiento (CAGE). Muchas de estas acciones , propuestas por las propias centrales, ya están completadas y otras se encuentran en la fase final.

El CSN señala en las conclusiones de las pruebas de estrés realizadas a las centrales nucleares españolas, que “no se ha identificado ningún aspecto que suponga una deficiencia relevante en la seguridad de estas instalaciones y que pudiera requerir la adopción urgente de actuaciones en las mismas”. Y que las mejoras (muchas de ellas propuestas por los propios titulares) se han planificado en varias etapas, en función de sus características técnicas y de los plazos necesarios para su implantación.

El accidente nuclear en Fukushima ha sido el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, y sus emisiones y vertidos causaron la evacuación inmediata de más de 200.000 personas además de afectar gravemente a la pesca, la agricultura y la ganadería locales.

Japón prevé levantar en 2017 la mayoría de las órdenes de evacuación en las áreas afectadas, lo que permitiría regresar a sus hogares al 70 % de los residentes aún desplazados (casi 55.000).

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