Sin duda los periodos preelectorales siempre han sido un buen momento para conseguir concesiones de los políticos. Las circunstancias mandan, y lo que hay que hacer es ganar adeptos y votos y, por nada del mundo permitir que se pueda crear el más mínimo problema. La consigna parece ser: “Ni un problema”. Y puede ser políticamente lógico, pero no hasta el punto de ablandar el corazón al mismísimo ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, quien no ha puesto ningún reparo en abrir la caja y traspasar a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) parte de lo recaudado para que dé a eléctricas y renovables lo que es suyo y les liquide parte de las retribuciones que se les adeudan.
El preámbulo viene a cuento para explicar lo que ha sucedido. Ayer, la CNMC comenzó a remitir a las renovables las facturas con la duodécima liquidación del año 2014, en la que los productores ya reciben el 84% de los incentivos que les corresponden, frente a un 79,7% un mes antes. Los productores de renovables han ingresado este porcentaje después de que el Tesoro haya transferido 559 millones de euros a la CNMC correspondientes a una parte de lo que el Ministerio de Hacienda recaudó el pasado año a través de los nuevos impuestos eléctricos.
Para que Hacienda reaccionara hizo falta que el pasado 23 de enero las siete asociaciones empresariales del sector, incluidas Unesa (grandes eléctricas), APPA (renovables), AEE (eólica), UNEF (fotovoltaica), Acogen (cogeneración), Aseme y Cide enviaran una carta conjunta al secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, en la que le reclamaban 3.600 millones pendientes de cobrar correspondientes a los ingresos del sector.
Retrasos insoportables
En la misiva en cuestión, los representantes del sector eléctrico culpaban al equipo de Montoro de retrasar el ingreso al sistema de la recaudación del impuesto eléctrico y las subastas de CO2. Según se afirma en el texto, hasta la liquidación novena solo se habían ingresado 847 millones de los 3.250 que estaba previsto recaudar, es decir, solo un 26%. Lógicamente las patronales se quejaban de los retrasos y los problemas financieros que éstos están causando a las empresas, y urgían a Ferre para mantener una reunión para dar una solución tan pronto como fuera posible. Y se ha producido el milagro porque, como decíamos al principio, en tiempos de elecciones “ni un solo problema”.
Un modo de actuar reprochable, pero como no hay mal que por bien no venga, dará un respiro a más de uno. Además, Hacienda ha certificado ya más de 200 millones del impuesto, cantidad que unida a los cerca de 1.000 millones de euros de peajes de los consumidores que entrarán en breve en la cuenta de la CNMC, podrían permitir elevar el porcentaje de pago del 84% al 92% en la decimotercera liquidación de 2014, que tendrá lugar a finales de marzo.
Para la decimocuarta liquidación que se realizará a finales de abril, restaría, pues, un 8%, equivalente más o menos a unos 1.000 millones. Y esa es la cantidad que Montoro tiene en su mano liquidar en abril o retrasar hasta diciembre, después de que se realice la liquidación definitiva a finales de noviembre. Recientemente, los representantes del mercado mantuvieron una reunión con la CNMC en la que se les indicó que el porcentaje de cobro hasta abril sería del 85%, con lo que las renovables y la cogeneración deberían esperar hasta diciembre para obtener el resto de las retribuciones.
Si este porcentaje queda finalmente en el 92% y no en el 85% en la decimotercera liquidación, el dinero sometido a esta dilación sería cerca de la mitad, lo que aparentemente supondría un alivio parcial para miles de productores, especialmente las pequeñas fotovoltaicas, que ven postergado en varios meses el cobro de los incentivos. Pero no es así. La situación en el sector de las renovables es angustiosa y esos 1.ooo millones que restan -que son suyos- supondrían un gran alivio, porque como advierte uno de los productores afectados, ya no es sólo ese 8% que restaría, sino que a ese porcentaje habría que sumarle las primeras liquidaciones de 2015. Una carga demasiado pesada para miles de pequeños productores.
Ahora sólo resta esperar y confiar, no en que se produzaca el milagro, porque no se trata de eso ni de cuestiones electoralistas, sino simplemente en que se haga justicia, que no es otra cosa que dar a cada uno lo suyo. Y eso es lo que espera el sector de las renovables como viene reclamando por activa y por pasiva desde que comenzaron los recortes, y con mayor premura, desde el desafortunado 'hachazo' a las renovables del año pasado.
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