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Las grandes eléctricas europeas ven necesario electrificar hasta un 60% la economía para alcanzar los objetivos de París

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"Estamos ante una nueva revolución industrial: disruptiva, verde y con efectos positivos para la economía y la sociedad". Con estas palabras Francesco Starace, director ejecutivo de la empresa italiana Enel y presidente de Eurelectric, la patronal de las grandes eléctricas del Viejo Continente, ha presentado las conclusiones del estudio "Decarbonisation Pathways", donde se reconoce que, una vez más, la electricidad puede convertirse en el motor del crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos europeos, según publica el diario italiano La Repubblica.

El informe demuestra que estas compañías ven necesario electrificar al menos el 60% de la economía de la UE si se quiere cumplir con la reducción de las emisiones en un 95% para mediados de siglo, tal y como se comprometió Europa en el Acuerdo de París de 2015.

Las eléctricas lo tienen claro, hay que realizar un "cambio importante hacia la electricidad" para impulsar los sectores del transporte, la construcción y la industria, lo que podría lograrse con un aumento interanual del uso de electricidad del 1,5% en cada uno de los países, mientras que al mismo tiempo se reduce el consumo de energía en un 1,3% anual.

"Al aprovechar energías renovables rentables y desarrollar el almacenamiento, la electricidad puede conducir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores, haciendo que la economía de la UE sea más limpia y competitiva", explicaba Starace, "las instituciones europeas desempeñan un papel fundamental en la formulación de políticas en torno a la descarbonización, por lo que deben tomarse medidas urgentes para promover la transición a un escenario energético más electrificado".

La plena descarbonización de la UE a mediados de siglo exigiría una cuota de electrificación del 63% en transporte y edificación y del 50% en procesos industriales, pero el estudio Eurelectric destaca que diferentes países europeos se encuentran en "diferentes puntos de partida" en términos de mix energético, situación económica y actividades industriales y, por lo tanto, necesitan "diferentes vías y niveles de esfuerzos".

"La transformación energética en marcha que está experimentando el sector eléctrico es un reemplazo progresivo e imparable de los combustibles fósiles por centrales que producen energía a partir de fuentes renovables", añade Starace, "este proceso, debido a la competitividad cada vez mayor de estas tecnologías, reducirá el precio promedio de la electricidad producida, lo que lo hará aún menos sensible a las fluctuaciones en los productos del petróleo".

De hecho, para el presidente de Euroelectric, "ya hoy, la electricidad europea es la más limpia del mundo con un 56% de generación libre de carbono. En 2018, durante varios días, la producción de energía renovable en Alemania superó a la de cualquier otra fuente, mientras que en Portugal permitió cubrir más del 100% de la demanda. Italia, por su parte, ha superado desde hace tiempo los objetivos europeos para la penetración de las energías renovables en 2020. Se espera que, sobre la base de las normativas y directivas actuales, la generación de electricidad europea libre de emisiones de CO2 pueda alcanzar el 76% para 2030".

Entre los países con mayor recorrido para alcanzar un alto porcentaje de descarbonización en 2o50 se encuentra España, junto con Alemania e Italia.

"La decarbonización profunda requerirá esfuerzos sin precedentes", ha advertido por su parte el secretario general de Eurelectric, Kristian Ruby, "el enfoque político en la configuración de una transición justa y dejando espacio para los matices regionales será clave para el éxito".

El informe, que cubre el 100% del consumo final de energía de la UE, sigue un proceso de consulta "integral" con eléctricas y representantes de la industria de toda Europa llevado a cabo con el apoyo analítico de la consultora de gestión McKinsey y se basa en la transformación de tres sectores de manera paralela: el transporte, los edificios y la industria.

"El cambio tecnológico que reducirá el coste de los vehículos eléctricos en comparación con combustión interna será tan grande que las estimaciones de Eurelectric hablan de una cuota de electrificación industria igual al 60-65% en 2050, con el efecto de hacer más habitable ciudades a través de la reducción del ruido y la contaminación ambiental", señala Starace.

"Se deberá usar más electricidad para climatizar edificios, incluso para cubrir el 60-65% de las necesidades de energía (actualmente es del 34%). Una difusión más amplia de las bombas de calor permitiría alcanzar fácilmente este resultado, con un considerable ahorro de energía, ya que son 3-4 veces más eficientes que las calderas de gas".

Y por último, "hay que intervenir en el sector industrial. En comparación con el 33% actual, es posible electrificar directamente los procesos de producción hasta en un 50%. Ya tenemos algunos ejemplos: los altos hornos en la producción de acero que utilizan material reciclado (5-6 veces más eficiente desde el punto de vista energético en comparación con los altos hornos tradicionales), o la electrificación de la producción de etileno, un componente esencial con el fin de obtener el plástico. Estas medidas, combinadas con la creciente penetración de las energías renovables y las medidas de eficiencia energética, permitirán a nuestro continente obtener importantes ventajas".

Todos esos avances también se traducen en cifras. En primer lugar, el ahorro para consumidores y empresas sería del orden de los 200-250 billones de euros al año hasta 2030, principalmente debido a los sectores de transporte y construcción, gracias a la mayor eficiencia y, por lo tanto, a la disminución de los costes del combustible.

La electrificación es también una oportunidad para toda la cadena de suministro industrial, la creación de empleo y el inicio de nuevas inversiones. Las empresas europeas ya son líderes mundiales en algunos segmentos clave para esta transformación (por ejemplo, en bombas de calor, electrodomésticos de alta eficiencia o en una infraestructura de carga rápida para la movilidad eléctrica).

"Acelerar la transición hacia estas tecnologías ayudará a fortalecer el liderazgo industrial de Europa y contrarrestar la creciente competitividad de Asia", concluye el responsable de Euroelectric, "el aumento de la demanda eléctrica puede reducir drásticamente la dependencia energética europea (hoy en día de un 54%, principalmente de Rusia, Noruega y Medio Oriente). Al aumentar la electrificación respaldada por una generación cada vez más "verde" para 2030, el consumo de combustibles fósiles podría disminuir en alrededor de 35-40%. Esto no solo mejorará la balanza comercial neta europea, sino que también estabilizará el coste de la energía para los consumidores y las empresas, proporcionando así una seguridad a largo plazo para las inversiones".

Por último, el informe señala que, para conseguirlo, es necesaria una regulación adecuada y una mayor coordinación y compromiso común entre los países.

En diciembre pasado, los principales ejecutivos de todas las principales compañías eléctricas de Europa lograron demostrar que es posible un mix eléctrico cero en carbono "mucho antes" del 2050 en un documento presentado en Bruselas por Eurelectric llamado Vision for the European Electricity Industry.

Eurelectric, que representa a 3.500 empresas en toda Europa con una facturación de 200 billones de euros.

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