El año pasado se produjo un doble hito para la descarbonización del sistema energético mundial. Fue el primer año en que la inversión en la transición energética igualó la inversión global en combustibles fósiles, según la última publicación de datos del grupo de investigación de energía limpia BloombergNEF.
El dinero que fluyó hacia los segmentos upstream, midstream y downstream de petróleo y gas, y hacia la generación de energía a partir de combustibles fósiles sin tecnología de reducción de emisiones, fue de 1,1 billones de dólares el año pasado. Asimismo, la inversión anual en energía renovable, transporte y calefacción electrificados, almacenamiento de energía y otras tecnologías alcanzó los 1,1 billones de dólares.
Pero 2022 también fue un hito en otro sentido: como el primer año en que la inversión en energía de descarbonización superó el billón de dólares. El aumento interanual de más de 250.000 millones de dólares desde 2021 fue el salto más grande hasta el momento.
La energía renovable y el transporte electrificado cosecharon la mayor parte de esos dólares. Esos sectores se vieron impulsados por las crecientes instalaciones de energía eólica y solar, con más de 350 gigavatios de activos construidos, y las ventas de más de 10 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo.
Aunque la energía renovable registró una inversión récord en 2022, el transporte electrificado está creciendo a un ritmo más rápido. Los vehículos eléctricos de pasajeros representan la mayor parte de los dólares invertidos en transporte (380.000 millones de dólares), pero de ninguna manera todo el flujo de capital de ese sector el año pasado. La infraestructura de carga pública experimentó una afluencia de 24.000 millones, mientras que casi 23.000 millones se gastaron en vehículos eléctricos de 2 y 3 ruedas.
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