Las principales ONG presentes en la Cumbre del Clima de Bonn (COP23) han reconocido los avances concretados en el encuentro, sellado de madrugada, pero alertaron del alcance de los pasos que se deben dar aún para atajar el cambio climático.
El Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) reconoció en un comunicado el progreso alcanzado en "sentar las bases para aumentar la ambición en la lucha contra el cambio climático hasta 2020 y más allá", pero avanzó que la próxima cumbre será clave para consolidar esos avances. La cita de Bonn ha servido para acordar "cuestiones críticas" como las acciones de los países desarrollados hasta 2020, así como la inclusión de las cuestiones de género y las comunidades indígenas en la lucha contra el calentamiento global. No obstante, "queda mucho para asegurar que se aprovecha la pequeña ventana de oportunidad" para lograr que las temperaturas no aumenten más de dos grados frente a los valores preindustriales.
En una dirección similar, Paula Caballero, directora del Programa de Cambio Climático del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), apuntó en un comunicado los avances, pero agregó que los negociadores tienen "bastante tarea" pendiente. Los progresos, explicó, se han producido en "sentar las bases para concluir el año que viene las reglas que apuntalan el Acuerdo de París" y en "preparar el terreno para que los países se comprometan a mejorar sus planes climáticos nacionales para 2020".
Greenpeace aplaudió también "la ambición reforzada y la inclusión de la acción previa a 2020", en palabras del responsable de su delegación política en la COP23, Jens Mattias Clausen. No obstante, Clausen agregó que queda la "enorme tarea de concluir el libro de reglas de París para el año que viene", por la letra pequeña del acuerdo sellado en 2015 en la capital francesa. "La COP de este año centró su atención en los efectos del cambio climático y la necesidad de responsabilidad, pero fracasó en lograr apoyo concreto para los estados-isla", argumentó.
Tatiana Nuño, portavoz de Cambio Climático y Energía de Greenpeace España, pidió "liderazgo climático" a los gobiernos para transformar lo acordado en "hechos reales". A su juicio, es precisa además una "transformación de los sistemas energéticos" hasta el abandono total de los combustibles fósiles, por lo que pidió al Gobierno español que "avance en la Ley de Cambio Climático y abandone las energías sucias".
También sobre la participación española en la COP23, el responsable de Energía y Cambio Climático de SEO/Birdlife, David Howell, lamentó su papel "discreto", rozando la "autocomplacencia". "España no es la primera de la clase, ni siquiera en Europa. Debe avanzar más, y más rápido", apuntó Howell, que destacó que pese a que España es uno de los países europeos más vulnerables, el asunto "sigue sin ocupar el debate político nacional".
Wolfgang Jamann, secretario general de CARE International, consideró que el acuerdo "no afronta suficientemente la dura realidad climática de millones de personas pobres y vulnerables", pese a que apreció los "progresos en áreas como género y agricultura".
Por su parte, Oxfam consideró que en la COP23 se han conseguido "muy pocos progresos" y que la "mayor decepción" ha sido el retraso de la negociación sobre el "apoyo financiero" a las economías en vías de desarrollo en concepto de daños y pérdidas. "La mayoría de los países ricos han aparecido en Bonn con las manos vacías", denunció Raijeli Nicole, la directora regional de Oxfam en el Pacífico.
La UE debe liderar el camino hacia 2018
Por su parte, Florent Marcellesi, eurodiputado de Equo, señala que "mientras que 2017 habrá sido el año más cálido jamás observado con múltiples catástrofes climáticas, los líderes mundiales tienen que ser más ambiciosos para poder cumplir con el objetivo de 1,5ºC del Acuerdo de París".
Para el representante de Los Verdes Europeos, "si bien la emergencia de una coalición de ciudades, empresas y Estados estadounidenses pro-clima es una noticia reconfortante, la ausencia de Washington en las negociaciones ha dejado un vacío en esta cumbre climática. Frente a ello, es hora de que la UE asuma con más fuerza su papel de liderazgo. Para que la dinámica de París siga adelante, la UE debe llegar a la COP24 de Katowice en Polonia con una posición mucho más ambiciosa de cara a sus políticas energéticas y sus objetivos de reducción de CO2".
Respecto al carbón, Marcellesi recuerda que "una de las iniciativas más importantes de esta conferencia climática es el compromiso de un grupo de países para cerrar sus centrales de carbón (incluyendo Reino Unido, Francia, Bélgica, Dinamarca, etc.). La UE en su conjunto y España en particular deberían seguir el ejemplo sumarse lo más rápidamente posible".
Una posición que choca con la actitud del Gobierno español. "España, y en particular su ministro de Energía, Nadal, ya debe dejar de frenar la transición ecológica y justa, con su potencial de energía limpia y de eficiencia energética, el gobierno español no puede nadar a contracorriente y necesita admitir de una vez que la era del carbón ha terminado".
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