Las primeras medidas de Trump contra el coche eléctrico se hacen efectivas
No ha tardado en imponerlas y nada más sentarse en el Despacho Oval, el presidente de EEUU ha cancelado varias de las medidas de la administración Biden al tiempo que podría entrar en una guerra comercial con México y Canadá
Ya lo intuíamos y la realidad es que Donald J. Trump, el 47º presidente de los Estados Unidos reelegido por segunda vez, ha sido más rápido que Billy ‘El Niño’ en llevar a cabo sus amenazas contra el coche eléctrico. Una decisión que ya se barruntaba desde su victoria a comienzos de noviembre y que era temida desde las propias asociaciones norteamericanas. Pues bien, ha sido ser investido de nuevo como el máximo mandatario de EEUU y demostrar que él está por encima del bien y del mal suprimiendo por completo la Ley Biden en favor de la electrificación.
Tanto es así que ayer mismo firmó una orden para cancelar la iniciativa de la administración Biden que establecía que para 2030 el 50% de los vehículos nuevos vendidos en Norteamérica debía de ser eléctrico. Si bien no se había confirmado en su plenitud, muchos fabricantes habían mostrado su apoyo a esta medida que ahora, de momento, ha dejado de estar vigente. El Ejecutivo de Trump se escuda en que es el consumidor el que ha de tener “libertada de elección” ya que es la manera de llegar al “crecimiento económico”. De ahí que la siguiente medida sea suprimir las exenciones estatales de emisiones impuestas para limitar las ventas de vehículos de combustión.
Sin embargo, uno de los puntos que más preocupa es su decisión de retirar las ayudas a la compra de modelos cero emisiones, estipulada hasta ahora en 7.500 dólares para cada usuario. Del mismo modo, parece que suprimirá la financiación federal de 7.500 millones de dólares para establecer una infraestructura de carganacional, con el objetivo de llegar a los 500.000 puntos para el 2030.
Aranceles a sus vecinos
En paralelo a esta “desconexión eléctrica”, Trump también confirmó que antes del próximo 1 de febrero impondrá un arancel del 25% a los productos que provengan no solo de México sino también de Canadá porque “están permitiendo el ingreso de una gran cantidad de personas”, tal y como indicó a los periodistas presentes en el Despacho Oval tras su investidura recogidas por Bloomberg. Los planes de Trump de imponer aranceles a dos naciones vitales para las importaciones de energía y automóviles de Estados Unidos amenazan con desencadenar una guerra comercial entre los signatarios del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, el sucesor del TLCAN negociado por insistencia de Trump durante su primer mandato.
Los aranceles que propone Trump podrían significar un desastre para la industria automotriz estadounidense y los propios fabricantes, hasta el punto de por ejemplo Stellantis importa alrededor del 40% de los vehículos que vende en Estados Unidos, mientras que General Motors y Ford hacen los propio con el 30 y el 25%, respectivamente. Unos gravámenes que, según Wolfe Research, podrían aumentar los precios de los coches en cerca de 3.000 dólares. Ahora bien, Trump no quiere detenerse en sus dos vecinos más próximos, sino que también indicó que estaba considerando imponer un arancel universal a todas las importaciones extranjeras que lleguen a Estados Unidos, pero de momento “no estaba listo para eso”.
Scholz y Musk, enfrentados
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, que se enfrenta a unas elecciones el mes que viene, dijo que su objetivo en el ámbito de la movilidad es pedir subvenciones para los coches eléctricos fabricados en Alemania. “La compra de coches eléctricos no puede decretarse sin más”, dijo y en su lugar es necesario un apoyo para que “los fabricantes de automóviles puedan ofrecen una gama cada vez mayor de vehículos más desarrollados y baratos”.
De manera paralela Scholz ha reiterado que, independientemente del respeto a la libertad de expresión, “no aceptará” el respaldo del empresario Elon Musk a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), pese a que espera poder mantener en líneas generales buena relación con la nueva Administración de Estados Unidos. Ante ello, el propio Musk ha comentado en X (su red social) un breve y escueto “Shame on Oaf Scholz” mostrando su disconformidad y avergonzándose del propio canciller. Hay que recordar que esta disputa podría afectar a las relaciones de Tesla con el país germano si el partido socialdemócrata de Scholz (SPD), de centro-izquierda, gana las elecciones (algo complicado a día de hoy), pues tiene actualmente la gigafactoría de Berlín donde fabrica el Tesla Model Y (prueba).
Pues mas de lo que he dicho en el articulo de arriba.
Para mi, esta es una treta: Va a hacer desaparecer al vehículo eléctrico, para instalar definitivamente al coche de combustion, y vender en EEUU, todo el petróleo que quiera.
No,le veo otro sentido?
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galan
21/01/2025