Quien iba a decir que en Europa la industria de las renovables aún tiene mucho recorrido. Así lo asegura un informe que ha realizado la firma de servicios profesionales Ernst & Young que ha elaborado para la Fundación Europea para el Clima. El estudio asegura que el sector de renovables tiene un futuro prometedor en el Viejo Continente.
Europa, a pesar de ser una de las regiones que más ha apostado por las renovables, ha sufrido en los últimos años un parón que han aprovechado otras potencias como China. Aun así, las tecnologías renovables tienen bastante camino por recorrer en la UE. Y ese futuro lleva consigo una cifra: 100.000 millones de dólares (más de 78.000 millones de euros).
Ernst & Young ha estudiado en detalle seis tecnologías bajas en carbono que necesitan un impulso en la UE. Estas son, la fotovoltaica, la eólica, biocombustibles, coches alternativos, almacenamiento de energía y redes inteligentes.
El informe destaca que las oportunidades de negocio están ahí, pero que necesitan un apoyo importante para que el desarrollo tecnológico sea el adecuado para lograr los objetivos de Europa en energía y cambio climático para 2030. Ese apoyo tiene dos vertientes. Uno, un marco regulatorio predecible y estable. Los cambios normativos crean incertidumbre y desconfianza para los inversores. Y dos, que los Estados den las ayudas necesarias. Sin subvenciones no se podrá desarrollar de forma adecuada una política energética baja en carbono.
Otro dato por el que el estudio cree que todavía hay bastante camino por recorrer es que las inversiones en renovables en la Unión Europea han caído un 53% entre 2011 y 2013. No muy lejos anda EEUU con un retroceso del 38% en las inversiones en tecnologías limpias.
Las oportunidades de negocio son distintas dependiendo de la tecnología. Por ejemplo, para la fotovoltaica el campo donde Europa debe volver a ganar terreno es en la fabricación de los módulos. Los inicios de la fotovoltaica se desarrollaron en la UE, pero con el paso del tiempo muchas empresas han desaparecido a favor de la industria asiática. El autoconsumo también podría ayudar a volver por sus fueros a esta industria.
La oportunidad para la industria eólica en tierra europea está en la eólica offshore. Europa se ha posicionado como el líder de este mercado, que podría representar una tercera parte de la generación eólica en 2050, según la AIE.
En el resto, que han sido mercados que aún no han sido explotados en la UE, las posibilidades de negocio son inmensas. Así, la UE, junto con EEUU, está liderando el esfuerzo en I + D en biocombustibles avanzados, y está bien posicionada para aprovechar el futuro potencial de mercado. Respecto a los vehículos alternativos, Europa puede contar con sólidas bases industriales para contribuir a la innovación y el desarrollo del mercado en el futuro paisaje del transporte.
El mercado de almacenamiento de energía en Europa está todavía en una fase emergente. Aunque eso sí, en baterías de plomo sí tiene una buena posición con una industria que da empleo a 25.000 profesionales. En cuanto al sector de las redes inteligentes ocurre algo parecido al almacenamiento. La industria se encuentra en sus etapas iniciales y el éxito vendrá si los Estados apuestan definitivamente por ello.
Las posibilidades para una política energética baja en carbono puede jugar un papel destacado en el futuro económico europeo, pero para eso tendrán que preparar y formar a profesionales que conozcan mejor cómo desarrollar estas industrias. Así que, lo primero es formar a las generaciones futuras.
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