El Congreso de los Diputados ha aprobado la Ley de Movilidad Sostenible, un hito legislativo que impulsa la descarbonización y la modernización del transporte en España. En medio de este importante avance, una de las decisiones más relevantes ha sido la negativa a modificar las etiquetas ambientales vigentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), que clasifican los vehículos según su impacto medioambiental.
Esta decisión, tomada por la mayoría parlamentaria, responde a la preocupación de no generar confusión en los consumidores en un momento en que los vehículos eléctricos e híbridos enchufables están ganando una importante cuota de mercado. En 2025, estos vehículos ya representan aproximadamente una de cada cinco adquisiciones, un crecimiento que invita a mantener estabilidad en los criterios del etiquetado para facilitar la transición hacia una movilidad más sostenible.
La Ley de Movilidad Sostenible, que ha tardado más de tres años en aprobarse, establece medidas clave para transformar el transporte en España. Entre ellas, la implementación de planes de movilidad sostenible en el ámbito laboral, la promoción de la electrificación del sector, la digitalización de la gestión del transporte de mercancías y la construcción de infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos. Con la aprobación de esta norma, España podrá acceder a 10.000 millones de euros en fondos europeos para promover estas iniciativas.
A cuentas con el CO2
Europa aprueba los nuevos plazos para la reducción de las emisiones de CO2 por parte de los fabricantes de vehículos.Europa Press
En cuanto al etiquetado ambiental, es importante recordar que las etiquetas de la DGT están diseñadas para evaluar las emisiones nocivas para la salud y la calidad del aire, tales como los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas. No tienen en cuenta las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que, aunque esenciales para analizar el cambio climático, no son consideradas contaminantes directos para la salud pública en el contexto de la normativa actual. Esto explica por qué el texto aprobado ha eliminado la propuesta que contemplaba un estudio para actualizar el sistema de etiquetas incluyendo el CO2 como criterio adicional.
Este enfoque también está respaldado por la regulación vigente que aborda las emisiones de CO2 a través de otros mecanismos, como el Impuesto de Matriculación, el impuesto sobre hidrocarburos, el próximo sistema europeo de comercio de emisiones ETS2 para el transporte por carretera, y los estrictos límites y sanciones de la Unión Europea para emisiones contaminantes. Además, para 2035 está previsto que toda venta de vehículos en la UE sea de modelos cero emisiones, lo cual supone la máxima intervención regulatoria orientada a la descarbonización total del parque móvil.
Apoyo a la medida
El director general de Anfac, José López-Tafall.Europa Press
Desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), se ha valorado de forma positiva esta postura del Congreso. ANFAC ha resaltado que mantener el actual sistema de etiquetas aporta seguridad y claridad al consumidor, evitando cambios que podrían complicar el proceso de compra sin aportar beneficios claros en esta etapa de crecimiento de la movilidad electrificada. En sus declaraciones, la asociación subrayó la importancia de continuar impulsando políticas que incentiven la electrificación y la sostenibilidad, pero respetando los marcos ya establecidos y comprensibles para el público.
Si bien la Ley de Movilidad Sostenible sienta las bases para un modelo de transporte más eficiente y bajo en emisiones, opta por no revisar el sistema de etiquetado ambiental de la DGT para no interferir en el mercado ni confundir a los compradores. Esta decisión refleja un equilibrio entre la necesidad de avanzar en sostenibilidad y el pragmatismo de mantener claridad en las herramientas reguladoras que usan los ciudadanos.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios