Limitar el calentamiento global a 1,5 °C es más improbable que nunca

En los últimos cinco años, los combustibles fósiles han satisfecho sólo la mitad de la nueva demanda de energía a nivel mundial, a pesar de un rápido aumento de la capacidad renovable, según el informe Energy Transition Outlook de DNV. El informe concluye que entre 2017-2022 las energías renovables cubrieron el 51% de la nueva demanda de energía, mientras que el resto de la demanda fue abastecida por los combustibles fósiles. Las energías renovables siguen satisfaciendo el aumento de la demanda en lugar de sustituir a los combustibles fósiles y, en términos absolutos, el suministro de combustibles fósiles sigue creciendo.

Limitar el calentamiento global a 1,5 °C es más improbable que nunca.  Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, las emisiones de CO2 tendrían que reducirse a la mitad para 2030, pero DNV prevé que esto ni siquiera ocurrirá para 2050. Las emisiones de CO2 serán sólo un 4% inferiores a las actuales en 2030 y un 46% inferiores a mediados de siglo. Las emisiones de CO2 relacionadas con la energía siguen alcanzando máximos históricos y es probable que no alcancen su punto máximo hasta 2024, que es efectivamente el momento en que comienza la transición energética mundial.

"A nivel mundial, la transición energética no ha comenzado, si por transición entendemos que la energía limpia sustituye a la energía fósil en términos absolutos", dijo Remi Eriksen, presidente del Grupo y CEO de DNV. "Está claro que la transición energética ha comenzado a nivel sectorial, nacional y comunitario, pero a nivel mundial, las emisiones récord procedentes de la energía fósil van camino de aumentar aún más el año que viene".

La seguridad energética se ha reforzado como motor de la política energética debido a los cambios en el panorama geopolítico. Los gobiernos están dispuestos a pagar una prima por la energía de origen local, lo que ha repercutido notablemente en los resultados del Energy Transition Outlook. Por ejemplo, en el subcontinente indio se prevé ahora una transición más lenta, con más carbón en el mix energético. En Europa, la transición se acelera con la alineación de los objetivos climáticos, industriales y de seguridad energética.

Aunque la transición aún no ha arrancado, cuando lo haga las energías renovables dejarán atrás a los combustibles fósiles. A partir de ahora, la mayor parte de las adiciones de energía serán eólica y solar, que se multiplicarán por 9 y 13 respectivamente entre 2022 y 2050. La producción de electricidad se duplicará con creces de aquí a 2050, lo que aportará eficiencia al sistema energético. La proporción de energías fósiles y no fósiles es actualmente de 80/20, pero pasará a ser de 48/52 a mediados de siglo.

Las instalaciones solares alcanzaron la cifra récord de 250 GW en 2022. La energía eólica suministrará el 7% de la electricidad mundial conectada a la red y la capacidad instalada se duplicará para 2030, a pesar de los vientos en contra de la inflación y la cadena de suministro. Sin embargo, a corto plazo, las limitaciones de la red de transmisión y distribución se perfilan como un cuello de botella clave para la expansión de la electricidad renovable y los activos de energía distribuida relacionados, como el almacenamiento conectado a la red y los puntos de recarga de vehículos eléctricos en muchas regiones, incluidas Norteamérica y Europa.

"Hay contratiempos a corto plazo debido al aumento de los tipos de interés, los retos de la cadena de suministro y los cambios en el comercio de energía debido a la guerra en Ucrania, pero la tendencia a largo plazo para la transición energética sigue siendo clara: el sistema energético mundial pasará de un mix energético basado en un 80% en combustibles fósiles a uno basado en un 50% en combustibles no fósiles en el espacio de una sola generación. Esto es rápido, pero no lo suficiente como para cumplir los objetivos de París. Antes de la COP 28, DNV publicará su informe "Pathway to Net Zero", que muestra que la tecnología no es el principal reto, sino que faltan incentivos para impulsar el rápido despliegue de las energías renovables y el almacenamiento y desincentivos para reducir las emisiones de los combustibles fósiles", añadió Eriksen.