En una serie de movimientos estratégicos, Francia, Alemania y el Reino Unido han desplegado planes ambiciosos para fortalecer sus sectores clave de energía, desde la nuclear hasta la eólica marina, en medio de desafíos y cambios significativos en el panorama energético europeo.
El 14 de noviembre marcó un hito para el gigante energético francés EDF y el Gobierno de Francia, quienes cerraron un acuerdo que redefine el panorama de la energía nuclear. Sustituyendo al mecanismo ARENH, el nuevo acuerdo establece un precio medio de alrededor de 70 euros por MWh para toda la producción nuclear de EDF a partir de 2026 y durante los próximos 15 años. Un cambio significativo en comparación con el precio _forward _a dos años en Francia, que promedió 135 euros por MWh en 2023. Detalles escasos rodean el acuerdo, pero se rumorea que el Gobierno impondrá impuestos del 50% y 90% en ingresos cuando los precios superen 78-80 euros y 110 euros por MWh, respectivamente.
Luc Rémont, consejero delegado de EDF, ha dejado entrever que la empresa podría suscribir contratos _forward _a largo plazo con grandes clientes, ofreciendo precios de 83 euros por MWh para 2027 y 77 euros por MWh para 2028, según citó BFM.
Eólica marina
Mientras tanto, en el Reino Unido, el Gobierno ha decidido aumentar en un 66% las ayudas a los nuevos parques eólicos marinos en un intento desesperado por revivir la inversión en un sector que se encuentra en crisis, pero es crucial para alcanzar los objetivos climáticos del país. Este incremento en las ayudas se traducirá inevitablemente en un aumento de los precios de la electricidad y las facturas de los hogares. Sin embargo, los líderes políticos han justificado este compromiso como necesario para avanzar hacia la descarbonización.
En la próxima subasta, el precio máximo garantizado para los proyectos de energía eólica marina será de 73 libras (91 dólares), en comparación con las anteriores 44 libras. Este aumento tiene como objetivo principal impulsar la estrategia británica de energía limpia, amenazada por una reciente ronda de subastas fallida. Con la esperanza de atraer inversiones privadas récord, el Reino Unido tiene como objetivo alcanzar los 50 gigavatios de energía eólica marina para 2030, y para lograrlo, se requerirán subastas extraordinarias que eviten un año perdido para el sector.
Dan McGrail, director ejecutivo de RenewableUK, ha comentado que "el Gobierno puede atraer el año que viene un nivel récord de inversión privada en proyectos de energía eólica marina, ya que es probable que al menos diez proyectos sean elegibles".
"Incorporar más energía verde al sistema es lo más importante que podemos hacer para reducir las facturas de los clientes y reforzar nuestra seguridad energética", declaró Keith Anderson, Consejero Delegado de Scottish Power, de Iberdrola SA. "La verdadera prueba de esa ambición llegará cuando se fije el presupuesto global de la próxima ronda de subastas el año que viene" añadió.
Las empresas de energía eólica marina han enfrentado dificultades para financiar grandes proyectos, ya que el aumento de los costes de financiación y de los componentes, unido a una mayor competencia, ha ralentizado el ritmo de las instalaciones. Gigantes del sector como Orsted y Siemens Energy han tenido que lidiar con pérdidas y problemas financieros, respectivamente, lo que ilustra los desafíos que enfrenta la industria.
Reducción de costos
En el frente alemán, el Gobierno ha presentado un plan de ayudas masivas por valor de 28.000 millones de euros durante los próximos cinco años con el objetivo de reducir el coste de la electricidad para la industria. Este paquete de medidas, que se implementará mediante recortes de impuestos y subvenciones, busca aliviar significativamente a las empresas alemanas, especialmente aquellas con un consumo intensivo de electricidad.
Este esfuerzo coordinado entre los tres socios de la coalición gobernante (socialdemócratas, ecologistas y liberales) ha sido el resultado de largos meses de discusión con fabricantes y sindicatos. El plan tiene como objetivo rebajar el precio de la electricidad para la industria por un periodo de cinco años, evitando así la deslocalización de la producción a países con costes energéticos más bajos.
Olaf Scholz, canciller socialdemócrata, aseguró que "el Gobierno aliviará enormemente a la industria de sus costes.
Miguel
17/11/2023