Los biocarburantes avanzados, una oportunidad para la industria del refino en España

Llegar a un futuro con cero emisiones pasa, irremediablemente, por aportar soluciones al sector del transporte que, en España, es responsable de casi el 30% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Para 2030 la normativa europea establece que el transporte tiene que estar impulsado por bioenergía en un 14%. Y de esos biocombustibles, al menos el 3’5% deberían ser avanzados.

Este martes ha terminado el ciclo Funseam "Innovación y desarrollo al servicio de la transición energética” que, durante 5 sesiones, ha acercado a algunas de las tecnologías que harán posible llegar a los objetivos de reducción de emisiones. Ha dedicado esta última jornada a analizar los biocombustibles avanzados, con la participación de Miguel Ángel García Carreño, gerente senior Process Design de Repsol Technology Lab y Rafael Larraz, director de I+D de Cepsa.

Miguel Ángel García Carreño, de Repsol, ha apuntado que la electrificación puede ser una solución a medio y largo plazo, pero cuenta con algunas barreras, especialmente en el transporte de mercancías por carretera, el transporte aéreo o el marítimo. Para estos ámbitos, los biocombustibles son una alternativa sostenible y viable a corto plazo. Su implantación sería posible de forma inmediata, con múltiples ventajas para lograr las cero emisiones netas: son compatibles con los vehículos actuales, pueden usarse en todos los segmentos de movilidad, ofrecen una alta densidad de energía para aplicaciones de largo recorrido y gran peso y tienen un potencial prácticamente ilimitado. Además, ofrecen una solución inmejorable en cuanto a economía circular: “En España somos el tercer país en recursos de biomasa y contamos también con muchos residuos de la industria agroalimentaria que no se aprovechan. Hoy son residuos, pero pueden ser materia prima para el biocombustible”.

García Carreño ha destacado algunos de los proyectos que se están llevando a cabo en Repsol para potenciar la producción de biocombustibles. Por ejemplo, la planta de Cartagena, pionera a nivel nacional y europeo. Se trata de la primera planta de España de biocombustibles avanzados de bajas emisiones a partir de materias primas reutilizadas. “La planta está diseñada de forma muy flexible y podrá tratar todas las fracciones lípidas: aceite de fritura, grasa, ácidos grasos libres de la industria alimentación e incluso glicerina cruda.”

Retos

Para Rafael Larraz, de Cepsa, implementar los biocombustibles tiene una serie de retos que hay que afrontar. Por una parte, la regulación tiene que ser estable, tecnológicamente neutra y con un sistema de incentivos claro. “En nuestro sector, cualquier responsable de una empresa es plenamente consciente de los problemas del planeta y tiene muy clara la agenda sostenible. Sería conveniente que se escuche a la industria y a la comunidad científica para que las normativas sean fácilmente aplicables.”

Según Larraz, las tecnologías que se están desarrollando son rentables a largo plazo y, con el marco regulatorio adecuado, generan riqueza, empleo y solucionan problemas de la economía española. “Tenemos una gran oportunidad de desarrollar toda una cadena de valor con mucho empleo en la España vaciada, para darle un sentido a biomasa y a los residuos sólidos urbanos”. Por eso es importante que la regulación impulse estos proyectos que no solo aportan soluciones para la descarbonización, sino que también son ejemplos de economía circular.

Larraz ha puesto de manifiesto el compromiso de Cepsa con los biocombustibles desde 2005. En este tiempo han trabajado con aceites vegetales, microalgas, materiales lignocelulósicos y grasas animales.

Ciclo Innovación y Desarrollo al Servicio de la Transición Energética

Desde el pasado 18 de mayo y a lo largo de 5 sesiones online, el ciclo se ha centrado en aspectos muy específicos de la innovación aplicada al sector energético. El objetivo era analizar la situación y los avances tecnológicos en ámbitos como la descarbonización del sistema eléctrico, el papel de las soluciones digitales, los gases renovables, los biocarburantes avanzados o los retos asociados a la integración de los sistemas energéticos.