La utilización de gases renovables para descarbonizar usos térmicos reduciría para el usuario final los sobrecostes que conllevaría hacerlo en 22.000 millones de euros, un 32%, a 2035, y en 73.000 millones a 2050, un 56%, respecto a que se usara intensivamente y mayoritariamente la electrificación.
La consultora PwC ha presentado el estudio 'New Deal para España', en el que ha analizado las diferencias en costes que supone llegar a la descarbonización sólo con una alta electrificación o combinando varias tecnologías, con un predominio en éstas de los gases renovables.
En ese escenario que PwC denomina 'New Deal', la contribución directa de la electrificación directa a la descarbonización de usos térmicos sería de casi 49 teravatios hora (TWh) en 2050, y prevé el desarrollo de 158 TWh de gases renovables para alcanzar la descarbonización total de los usos térmicos.
Los gases renovables
Con esa combinación prevista en el estudio, se aceleraría la descarbonización respecto a escenarios de máxima electrificación, ya que se reducirían en 21 millones de toneladas de CO2 las emisiones acumuladas a 2035, cantidad equivalente a las emisiones actuales de todo el sector residencial y comercial, y en 98 millones de toneladas a 2050, cantidad equivalente a las emisiones actuales del sector del transporte.
Además, se podrían descarbonizar completamente los usos de gas natural a 2040, cumpliendo con la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios, ya que el gas renovable sería la opción más viable para descarbonizarse para 7,2 millones de clientes.
Las calderas con biometano, la opción más rentable
Según el estudio, el uso de calderas de condensación alimentadas con biometano resulta la opción más rentable para descarbonizar entre el 80% y el 85% de la actual demanda residencial de gas.
El informe también destaca las ventajas del uso de gases renovables frente a la bomba de calor eléctrica.
La inversión que llevaría asociada la bomba de calor sería de casi 131.000 millones de euros en el escenario de alta electrificación del estudio, frente a los 47.000 millones en el de 'New Deal' en el que se integra el uso de gases renovables.
PwC señala que la penetración masiva de la bomba de calor implicaría su instalación en entre 4 y 5 millones de viviendas de menos de 90 metros cuadrados, pero eso es técnicamente inviable por limitaciones de espacio.
Además, en España el 50% de los hogares tiene una renta inferior a 24.000 euros y tendrían que destinar la mitad en caso de tener que instalar una bomba de calor, que tiene un coste de entre 12.000 y 18.000 euros incluyendo la instalación.
Además, para alrededor de dos tercios de la demanda industrial (los que requieren de altas y medias temperaturas) no hay tecnologías eléctricas para descarbonizar su consumo y necesitan gases renovables.
En el caso de los clientes terciarios e industriales que utilizan baja temperatura, la hibridación de la electricidad y los gases renovables les puede permitir reducir su coste energético asociado a la electricidad entre 10-15 euros/megavatio hora (MWh) respecto a si sólo lo hacen con electricidad.
Otra de las ventajas para los clientes industriales es que la mayor adopción de gases renovables junto con la hibridación con electricidad les permite rebajar su exposición a las emisiones de CO2.
De esta manera, pueden reducir sus costes por emisiones de CO2 en 2.000 millones de euros a 2040 y en 5.000 millones a 2050 con respecto a lo que tendrían con una electrificación máxima.
Para la industria, en el escenario 'New Deal' se reducen los sobrecostes de descarbonizar con un ahorro de 2.300 millones de euros a 2035, lo que supone el 14%, y de 16.700 millones a 2050, un 59%, principalmente derivados de la reducción de las inversiones.
Según PwC, el escenario 'New Deal' es más realizable y reduce las inversones necesarias para descarbonizar la demanda térmica, con una reducción de 52.000 millones de euros, el 39%, a 2035, y 172.000 millones, el 49%, a 2050.
Menor gasto en inversiones en redes
También se reduce el volumen de inversiones a reliazar por el usuario final en 100.000 millones de euros a 2050, así como en el desarrollo de redes en 36.000 millones.
Las inversiones en redes eléctricas en este escenario serían de 3.900 millones de euros al año, lo que duplica la media de los últimos años, pero alivia en un 26% el coste que habría con una electrificación masiva, que requeriría de 5.300 millones de inversión, el triple de la de los últimos años.
En cuanto a la aplicación de subvenciones, el estudio señala que éstas tendrían que ascender en el escenario de alta electrificación a 47.000 millones de euros, la mitad del gasto sanitario de España.
Además, la industria tendría en ese escenario de alta electrificación que pagar a 4,3 euros MWh más al año la energía térmica hasta 2050.
Ángel Pérez
24/10/2024