Las eléctricas publicarán el martes sus mapas de capacidad de conexión disponible en sus redes para atender la demanda empresarial, lo que permitirá determinar si realmente existe un cuello de botella que podría estar lastrando el desarrollo de nuevos proyectos industriales.
Fuentes del sector consultadas por EFE prevén que estos mapas muestren una red donde no se observe mucha capacidad disponible, algo que ya había apuntado el sector en ocasiones anteriores.
La publicación de estos documentos se produce en un momento donde las redes son un factor clave en la transición energética dentro del fomento de la electrificación y supondrá un "gran avance", según apuntan estas mismas fuentes, dado que permitirá tener una foto con criterios homogéneos.
El problema de la existencia de una red saturada es que no se puedan atender las peticiones de conexión, algo que puede lastrar nuevas inversiones.
Así, si una nueva fábrica quiere conectarse a la red, pero no existe esta capacidad, no puede instalarse y, por tanto, se pierde esta inversión.
El modelo de retribución
Según explican fuentes del sector, la solución para acabar con la saturación de la red pasaría, por un lado, por "maximizar" la existente, con medidas regulatorias que lo permitan.
Por otro lado, pueden ser necesarias mayores inversiones en redes que deberían acometer las empresas apoyadas en un modelo retributivo "coherente y estable".
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sacó a consulta pública a comienzos de julio su propuesta de retribución de la red de distribución y transporte de electricidad, junto con una propuesta de cambio en la metodología de cálculo.
Este documento fijaba la tasa de retribución en el 6,46% para el periodo 2026-2031, una cifra por encima del 5,58% actual, pero por debajo de las expectativas del sector, que apuntaban al 7,5%.
Asimismo, la CNMC propuso varios cambios en la metodología de cálculo.
Entre estos se encontraban modificaciones en el cálculo del coste de la deuda y también un mecanismo para vincular una parte de la retribución a la evolución de la potencia contratada, es decir, al crecimiento de la demanda eléctrica con el objetivo de evitar sobreinversiones y garantizar la viabilidad financiera del sistema que pagan los consumidores.
Tras conocerse esta propuesta, representantes de Aelec -la asociación que agrupa a empresas como Endesa, EDP o Iberdrola- mostraron su disconformidad en un encuentro con los medios tanto respecto a la retribución, como con los cambios en el modelo; dos variables que apuntaron que son "dos piezas claves que van a determinar el ritmo inversor".
La asociación anunció que presentaría alegaciones en la consulta pública.









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